CAP 9

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Estaba oscuro, no se podía divisar ningún objeto entonces mi dedo meñique se puso en acción.

Tropecé con algo puntudo, con un balón, creo, y con un lindo nochero.

-          Maldita sea la hora en la que el meñique acepto ser GPS en momentos como este- dije entre dientes mientras que oí una risita estúpida y sensual por parte de Sebastian.

Nos adentramos aún más en el sótano, toda la oscuridad se hacía más intensa, como una neblina que se acumula en un lugar cerrado.

-          No veo nada- dije tropezando con la fuerte espalda de Sebastian.

-          Agarra mi mano- susurro Sebastian.

Agarre su mano y con solo tocarla me sentía segura.

-          Pero que hermoso- se escuchó una voz en el fondo del sótano-hace cuanto que no te das la oportunidad de estar con una mujer tan hermosa como ella Sebastian- de repente se encendieron las luces, y allí pude ver a un hombre alto más  o menos de la altura de Sebastian, tenía el cabello largo hasta el cuello y desordenado y el cabello era blanco y sus ojos eran morados.

-          Tanto tiempo Ash- Sebastian tenía la mirada hostil- ¿ya descubriste tu verdadero ser?- no entiendo  a que se refería con verdadero ser.

-          Si y te diré que me gusta más ser hombre que ser una mujer, evito cosas indeseables- se puso de pie y me observo – que hermosa criatura tienes al lado Sebastian- se acercó lentamente – que lastima que su alma sea tan impura y ya no esté en su lugar- se lamentó Ash.

-          No te atrevas a tocarla Ash- dijo Sebastian con tono amenazante.

-          Y si lo hago que, puede que su alma sea tuya…pero su cuerpo es de acceso público lo puede coger cualquiera- no sé qué ocurría pero solo sé que le había lanzado un puño en su carita de ángel constipado.

-          Mira pedazo de imbécil- amenace- que sea la primera y LA ULTIMA VEZ que vea tu patético rostro, que oiga tu asquerosa voz  sino quieres terminar como la mierda de cosa que eres- mi agresividad me impresiono ya que no soy muy agresiva.

-          Que interesante… se puede ver que eres una personita diferente- se puso de pie y se tocó la estúpida nariz – no pensé que fueras  a hacerme algún daño…pero veo que no…por ahora mi pequeña criatura te dejare en paz y no dudes que estaré vigilándote- volví mi rostro angustiado hacia Sebastian y vi que su mandíbula estaba apretada y su  mano derecha estaba cerrada con fuerza- y para ti querido amigo…nos volveremos a ver en un encuentro un poco bélico- al terminar de hablar desapareció.

-          Sebastian ¿estás bien?- lo mire con preocupación.

-          Si no te preocupes-  se puso a mi altura y beso mi frente con dulzura, ese solo gesto me hacía desbocarme de la cordura.

-          Vamos a tomar un café- propuso Sebastian con alegría.

Salimos del hotel  que ahora se había convertido en nuestro hogar junto a Purfuruberto.

-          Me darías por favor un cappuccino y un croissant- dije  mientras le entregaba la carta a la joven.

-          ¿quiere que le ponga el nombre de su novio en el?- pregunto la joven con una gran sonrisa nostálgica.

-          Si por favor- dijo Sebastian con una sonrisa – y para mí un té  de frutos azules por favor-

-          Está bien- respondió la joven

Cuando llego el pedido Sebastian me robo las DOS PUNTITAS del croissant.

-          Porque eres tan cruel…eran las puntitas…son deliciosas y me encantan- dije con tono de tristeza.

-          No soy cruel…solo que no quiero que te deleites con otras cosas que no sean mis labios.-

Sonrió y me dejo aún más confundida de lo que estaba.

MI DEMONIO FAVORITO (Sebastian Michaelis y tú) *Pausada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora