Mis niñas
HOLA DE NUEVO, LO SIENTO NO HE PODIDO ESCRIBIR EN ESTOS DIAS PORQUE, HE ESTADO METIDA EN EL CONSULTORIO ODONTOLOGICO, Y ME PUSIERON BRAQUETS. DUELE COMO EL INFIERNO PERO ES POR MI BIEN. SIENTO QUE DEBIA DARLES UNA PEQUEÑA Y BREVE EXPLICACION PORQUE SI J
HERMOSAS DISFRUTEN LA LECTURA.
<3 :)LAS QUIERE
Andrea J
Tn____
Estaba a punto de romper a llorar, pero lo único que hice fue mantener mi cabeza en alto e ir por mis cosas y las de Purfuruberto.
- ¡_______ espera!- grito Sebastian desde el recibidor.
No le conteste y empaque todo, Salí por la puerta de mi habitación y baje las escaleras.
- ¡____, mierda mírame!- lo mire con todo el odio que tenía.
- ¿Para que quieres que te mire?... ¿para qué me digas que no es lo que parece?...por favor Sebastian no te mientas y no me mientas a mí- fue lo último que exclame y Salí por la puerta, decepcionada, triste, enojada.
Muchos sentimientos encontrados se acumularon en mi pecho, el solo hecho de recordar a Sebastian besando a esa mujer como lo hacía conmigo me deprimía.
Fui al aeropuerto, disponía de suficiente dinero como para poder ir y volver a cualquier parte del mundo. Pero quería irme a mi nuevo hogar ya que en el otro estaba muerta.
- Hermosa…¿Qué sucede?- dijo Ash con tono gentil y preocupado
- Nada Ash, nada- exclame con aire triste.
- Mira _____ puede que la primera vez que nos encontramos no te llevaste una buena impresión- respiro hondo- pero no me gusta verte así, me permites acompañarte a donde vayas- su propuesta me impacto ya que lo odiaba…pero en ese momento no tanto.
Abordamos el avión hacia Italia.
Dormí todo el viaje en el hombro de Ash. Él es tan gentil…pero eso no significa que confié en el.
- Llegamos ángel- me acaricio el rostro y me hizo estremecer aquel contacto.
- Bien-
Bajamos del avión y nos hospedamos en un hotel lujoso.
Yo estaba en una habitación en el último piso y Ash en otra habitación.
Me acosté en la gigantesca cama y empecé a sollozar.
- _____- llamo a la puerta Ash – ¿puedo entrar?- pregunto con aire preocupado
- No Ash no entres-
- Me importa una reverenda mierda…- me miro sorprendido por mi rostro lleno de lágrimas- no llores más- se acercó a mi cara y la acaricio con su fuerte y fría mano – no llores por ese imbécil – vi en sus ojos sinceridad y no pude evitar confiar en que me podía desahogar con él.
Me recosté en sus piernas y las lágrimas rodaban sin pedir permiso de mis adoloridos ojos.
Me consoló toda la noche hasta que caí en un profundo sueño.
Me encontraba en una habitación oscura, donde había dos sillas de comedor.
Me senté en la primera que vi y me senté a filosofar de lo sucedido en Paris.
- ______- llamo la voz de Sebastian
- Dios Sebastian déjame en paz- exclame irritada por su presencia
- Déjame explicarte lo que paso
- Explicarme que Sebastian…ya Ash me conto todo…si la amas ve con ella…es mejor que no me entrometa en ese estúpido asunto
- ¿Qué te conto Ash?
- Que era tu ex prometida y que es un ángel que te dejo plantado en el altar porque se fue con otro ángel…que vas a hacer ¿desmentirle?...ya no te creo Sebastian y tampoco confió en ti
- Y en Ash si
- Pues imagínate que se la está ganando
- ¿a qué te refieres?
- A que está conmigo consolándome por tu maldita traición imbécil
- Donde mierdas estas
- Piensas que te voy a decir – reí amargamente –eres tan ingenuo
- No me lo digas… pero te voy a buscar y te traeré para arreglar este maldito asunto
Me desperté exaltada y Ash conmigo.
- No quiero verlo, no quiero verlo- dije entre sollozos
- Tranquila hermosa, tranquila
Levanto mi rostro bañado en mis lágrimas y se acercó a mi rostro.
Quedando nuestros labios a pocos centímetros.