Estaba feliz, estaba embarazada de Sebastian. Pero no podía negar el hecho de que tenía miedo.
Tenía miedo de ver como reaccionaria si el no quisiera tener hijos. Me martirice por 5 minutos, pero luego pensé que si Sebastian realmente me amaba iba a formar una linda familia con niños a bordo.
Salí del baño dispuesta a contarle a Sebastian que estaba embarazada, pero escuche una voz femenina que hablaba con él en las escaleras.
- Sebastian, te juro que ese niño es tuyo – eso me rompió el corazón, Sebastian tuvo hijos con otra y nunca se dignó a decírmelo.
- Por favor Agne si utilizamos condón, no me vengas con que estabas embarazada y que ya tiene tres años porque eres tan zorra que no te creo – Sebastian se escuchaba irritado, entonces Agne se acercó a él.
- Bueno, me cogiste ya sé que no eres fácil de engañar – se acercaba más a Sebastian y le abrazo por la cintura – que tal si dejas a tu estúpida noviecita y te vas conmigo – ya me colmo el intento de puta.
- Cariño que sucede – pregunte con inocencia - ¡ACNÉ!, 3312 tenemos un pinche 3312 corran por sus vidas – corrí y me lleve a Sebastian conmigo.
- Excelente salida
- Gracias – sonreí, pero luego mi sonrisa se desvaneció – ¿ella tiene un hijo tuyo?
- ¿Qué? No, ella no estaba embarazada, los ángeles femeninos no pueden tener hijos – respire más tranquila.
- Sebastian, yo te quería contar algo importante… y necesito que me entiendas y me apoyes
- No te quieres casar
- ¿Qué? No, eso no lo pensaría nunca…es que Seb yo…estoy embarazada
La expresión de Sebastian era indescifrable, no sabía si estaba enojado o feliz o decepcionado.
- Di algo que me pongo nerviosa
- ¿en serio?
- SEBASTIAN MICHAELIS QUE ES ENSERIO MIERDA – me exalte, y cuando menos pensé Sebastian me abrazaba contra su fuerte pecho
- Increíble, te amo hermosa, te amo
- ¿no te molesta?
- No, porque debería molestarme sabiendo que es con el amor de mi vida, nos vamos al médico ya quiero saber de cuantas estas.
- Está bien – sonreí y le di un pequeño beso en su hermosa y sensual nariz
Me vestí con una blusa blanca y sencilla y unos jeans. Baje las escaleras y me senté en el sofá.
Espere a que Sebastian bajase y fuimos al hospital.
- Buenos días jóvenes - exclamo el doctor que era bastante joven diría que tenía unos 24 o 23 años más o menos, era atractivo pero no tanto como mi amado Sebastian.
- Venimos a hacerme un revisión, sospecho que estoy embarazada y no se de cuantos mese estoy – exclame, Sebastian apretó mi mano con suavidad.
- Muy bien, acuéstese ahí.
Me acosté y levante mi blusa, el doctor aplico un gel y paso un aparato frio en mi abdomen.
- muy bien, estas de una semana más o menos.
- ¿una semana? ¿los síntomas se pueden presentar tan rápido?
- En tu caso si
- Ok – dijo Sebastian mientras miraba de manera hostil al medico
- Podemos ver a un bebe, me impresiona la claridad con la que podemos ver al bebe, generalmente en esta etapa se ve es una masa amorfa del feto.
Escuchamos el latido del corazón de mi hijo.
- Es un niño
- Es una linda masa amorfa – Sebastian rio bajito
- Y tenemos a una niña
- Wow…gemelos
- Si, ahora va a escuchar sus corazones
El latido de los corazones de mis hijos era tan hermoso, su sonido y saber que tengo una vida dentro de mí.
Las lágrimas bajaron por mi rostro y Sebastian las seco con sus dedos.
Cuando salimos del hospital, tuve que parar en seco.
Porque vi a la persona que me hizo tanto daño en Paris.
Vi a mi padre.