Capítulo 33 PoV Percy:

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*Dos meses después*

Mientras observaba a ese extraño hombre en el reflejo, muy sofisticado y elegante para mi gusto Grover se moviá inquietamente detrás de mí.

Hoy era el día.

Después de tanto tiempo, al fin, Annabeth y yo nos casariamos y se podría decir que tendriamos un final relativamente feliz.

-Mu-mu-chas felicidades, Percy.

-Gracias, Grover.

-¿N-no estás nervioso?

-Un poco.

Me miró sorprendido como si hubiera dicho algo totalmente fuera de lo común.

Verán, ustedes bien saben que nuestra querida Annabeth es una fanática del orden y la perfección, así que después de ensayar mis línes y memorizar los lugares por donde debía moverme, bueno dudaba que algo malo pasará.

-Creo que estoy mas nervioso que tu.

Me aleje del espejo y me senté a su lado.

-Hey, hermano. No tienes por que, es decir es Annabeth la que esta esperando en el altar, no Enebro-

Sacudió violentamente su cabeza hacia mí, observandome con ojos saltones y mejillas sonrojadas.

-¿¡Ella te lo dijo!?- cuestionó casi gritando.

-¿Decirme qué?- su rostro empalideció y trago con dificultad.

-Nada- susurró.

Agachó la cabeza mirando sus pies.

-Dimelo, Grover.

Elevó su rostro y volvió su atención a mí. Con voz temblorosa respondió.

-Enebro y yo nos casamos.

Mi rostro se contorsionó en una mueca de sorpresa y abrí mi boca sin poder pronunciar una palabra.

¡Ellos casados! ¿¡Qué!? ¿¡Cómo!? ¿¡Cuándo!? ¿¡Dónde!? ¿¡Porqué no me lo habia contado!?

-Tu…

-Fue hace 3 semanas, todo privado, solo ella y yo lo sabemos, y bueno, ahora tú. Pero no se lo digas a nadie.

-Entendido, pero ¿por que no me enteré sino hasta ahora?

-Me… me temo que ella… está…

-¿Embarazada?

De nuevo, volvió a mirarme con ojos alarmantes. Y juró por los dioses del Olimpo que se puso igual de colorado que un tomáte.

Pero solo logró asentir avergonzado.

Vaya, no eramos únicos.

-Oye, vamos- pase un brazo por sus hombros- no es nada malo.

-Lo se, en lo absoluto, de hecho fue una noticia muy alegre.

-¿Pero?

-Pero… sus hermanas ya lo sospechaban. Y bueno, no queriamos problemas. Tu me entiendes.

Oh, no sabía que tan bien lo entendía.

-Bueno, de hecho…

Unos energicos golpes en la puerta me interrumpieron.

-¡Jackson!- una voz femenina y algo molesta me llamaba. Esa voz, esa voz que tanto extrañaba, aquella que me insultaba siempre, aquella que le correspondía a una de las personas que más quería.

Forever Together (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora