Capítulo 35 PoV Percy:

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Después de la visita extraña de Atenea, los chicos entraron preguntandome si estaba bien, y si seguia vivo.

-¿A qué vino Atenea?- dijo Thalia algo molesta.

-Ella… me abrazó.

Me miraron. Impresionados. Y Grover se acercó y comenzó o toquetarme la ropa y mi piel.

-Amm, Grover. ¿¡Qué haces!?-pronuncié mientras Thalia reía como chiflada.

-Averiguando si la diosa no dejo una bomba en tu cuerpo, o algo.

Lo miré con fastidio y el se alejo entre risas.

-Da igual-comezó Thalia- con o sin bomba es tiempo de que tomes tu lugar allá en el altar.

De pronto, sentí un enorme peso caer en mi estomago. Mis manos comenzaron a sudar y… estaba nervioso.

-Ah, eh, si claro.

Al darse cuenta de que estaba paralizado ella empezó a empujarme hasta llegar a la puerta.

-Anda, Jackson. Es tu boda, ve y lucete.

             Ω               Ω                Ω

Llegue al lugar donde se llevaria a cabo la ceremonia.

Un acogedor espacio entre la costa y el bosque.

Piper, Hazel, Frank y Jason habian hecho un excelente trabajo con las decoraciones. Desde mesas y sillas, hasta candeleros de cristal color blanco.

Las hijas de Demeter colaboraron con los arreglos florales, mientras que los de Ares movian objetos pesados de aquí a allá.

Los chicos de Apolo se preparaban para tocar una melodía y los invitados llegaban y llegaban.

Juntos pude distingir la inigualable prescencia de los dioses. A el padre de Annie, su respectiva esposa y sus hijos. Reyna, del Campamento Jupiter tambien habia asistido, e iba muy guapa con un elegante vestido de un tono de rosa palido con estilo romano.

Más a la derecha, tomana del brazo de Paul, iba mi madre.

Lucia hermosa. Con un brillante sonrisa que iluminaba su rostro. Aun después de tanto tiempo su presencia lograba tranquilizarme y me hacia sentir seguro

Y entonces me miró. Nuestras miradas se cruzaron y pude ver en la suya pura felicidad.

Soltó el brazo de Paul y se echo a correr hacia mi.

-Percy.- me dijo una vez que sus brazos me rodeaban. Tenía todavia ese cálido aroma a galletas recien horneadas y algo citrico, quizá su perfume.

-Querido, hoy… hoy te casas. Veo que has crecido bastante. Ya no eres ese pequeño inquieto que amaba comer dulces de Sweet in America. Por los dioses, cariño. Eres todo un hombre.- dijo con lagrimas en los ojos.

Oh, ella queria hacerme llorar.

-Mami…-simplemente no podía hablar. El nudo en mi garganta me lo impedía.

Aún así pude notar que se estremeció cuando la llame "mami". Tenia bastante sin llamarla así, mucho años.

Besé su frente y me dí un tiempo para respirar. Me separé unos centimetros de ella para observarla.

Estaba preciosa. Llevaba un vestido azul marino, con pequeños detalles color dorado. Zapatos blancos brillantes, un collar de aniversario que le dió Paul, y su rostro como siempre sonriente y natural, con su cabello cayendole por la espalda.

Forever Together (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora