XII

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Sentía como si, a cada paso, su ser fuera dejando trozos de si mismo.

Temía girarse y encontrarse con sus restos marcando el camino desde que él murió.

Así se sentía. Muerto en vida.

Jamas creyó que eso fuera a sucederle a él, Jungkook y él se amaban verdaderamente...

O eso creía.

Cada que cerraba los ojos volvía a ver a su esposo cojiendose a su mejor amigo.

¡Por una mierda!

Se suponía que él y su esposo estaban hechos el uno para el otro, su amor había sido tan fuerte y tan profundo que era difícil para Taehyung aceptar que Jungkook había dejado de amarlo en algún momento del camino.

Porque de eso si estaba seguro.

Jungkook ya no lo amaba. De hacerlo no estaría cojiendo con su supuesto mejor amigo dentro de su camerino que era como un santuario para él. Su espacio.

Quiso darse la vuelta y encararlo, quiso volver y pedir una explicación pues no se merecía esa traición de su parte, no se merecía su traición en absoluto.

Pero los ruidos provenientes de la sala de presentación de la obra le hizo pensar mejor las cosas. Había dedicado mucho de su tiempo para lograr aquello, aunque en ese mismo instante todo podría irse al carajo. Pero también había trabajo de montones de personas, otro tanto de ellas había dejado sus deberes de lado sólo para asistir a su presentación, Yoongi se había arriesgado a ir hasta él en su motocicleta, había hecho el camino de regreso sin un casco, arriesgando su vida.

Simplemente no podía dejar que las emociones lo dominaran ahora, no debía.

Así que tomo todo el valor que tenía, aunque era muy poco, pasó las yemas de sus dedos por debajo de sus ojos y limpio el maquillaje que se haya corrido, alboroto un poco su cabello y se abanico el rostro con las manos.

La función debe continuar.

Espero pacientemente hasta que un mesero anduvo cerca de su lugar, en el pasillo del lado donde la luz no iluminaba, le pidió que llamara a su hermano mientras recobraba la compostura.

No siempre debía hacer un drama por las cosas, él y Jungkook podían hablar serena mente, podrían sacar a Jimin de sus vidas y volver a lo de antes.

Podía hacerlo, por el bien de su matrimonio, por su bien y por el de Jungkook.

Si alguien se enteraba de lo que él había visto, no solo su matrimonio estaría dañado, por no decir que acabado, sino que toda la vida que Jungkook conocía, de la que la bruja Jeon  se pavoneaba, caería a pedazos demasiado pequeños como para si quiera intentar juntaros de nuevo.

Él amaba a su esposo por lo que debía asegurarse de que su matrimonio se mantuviera, aunque eso significara hacerse el ciego ante lo que había visto.

- Cariño, ¿estas bien? - pregunto Jin en cuanto llego a él, lo envolvió en sus brazos y su calidez termino por debilitar la seguridad que tenia minutos atrás. Pero no debía permitirlo.

Trago el nudo que se había formado en su garganta y parpadeo rápidamente para deshacerse de las lagrimas que comenzaban a formarse en sus ojos. Deseaba llorar con todas sus fuerzas pero no debía hacerlo.

Jin se alejo de él y sintió como su alma caía a sus pies. Este no era el Taehyung que amaba, el chico frente a él no parecía tener ni una similitud con su hermano.

No estaba esa imagen radiante, no había esa chispa de felicidad y emoción en sus ojos y su cuerpo estaba mas tenso que las cuerdas de una guitarra. Si lo que Namjoon les había comentado era verdad, Taehyung estaba realmente mal.

Imagen. TaeGi/YoonTae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora