Ando en dirección a la puerta del instituto. Hay todavía muchos alumnos fuera hablando pero no consigo reconocer a ninguno de mis amigos. La campana suena indicando que es hora de ir a clase, todos avanzamos en masa para llegar a nuestra aula.
Hoy es el primer día de instituto, yo empiezo tercero de la eso. Me inquieta pensar que hayan cambiado las clases y ya no esté con mi grupo de amigos o tenga que soportar cada día personas con las que no me lleve bien. Camino nervioso hacía el aula A, hace unos días me llegó un correo electrónico en el que me ponía que iba a esa clase. No le pregunté a mis amigos en cual les había tocado así que los nervios se apoderan de mí.
Entro y veo que ya hay algunos alumnos repartidos en las mesas, reconozco unas cuantas caras, pero de momento no hay suerte. Me siento en la mesa que está más alejada. Suena un golpe contra la puerta, levanto la vista curioso y...es Leo. Prácticamente es el chico con el que peor me llevo de todo el instituto y le ha tocado en mi clase, no puede ser. Bajo la cabeza frustrado, no podía empezar peor el día.-Aggh-suelto un soplido enfadado.
-Menudos humos-dice una voz femenina.
Me aparto las manos de la cara para observar quien me habla, pero no reconozco quien es.
-¿Te conozco?-pregunto.
-¿Me conoces?-pregunta irónica.
Miro hacia arriba mostrando mi desesperación.
-Igual me conoces, rubito, pero yo creo que no. He venido nueva este curso-responde.
-Entonces no, no te conozco. Y No me llames rubito, soy Oliver-me presento.
-Mia-se señala-¿Estás solo?
-¿Ves a alguien conmigo?-contraataco.
-Vas aprendiendo-ríe-voy a darme una vuelta para ver el insti.
-Pero tienes que esperar a que llegue nuestro profesor-advierto.
-¿Me ves cara de chica que cumple ordenes?-niega con la cabeza- Yo creo que no-se va.
Mia no es muy alta, tiene el pelo bastante oscuro y largo hasta la cintura. Sus ojos son castaños, tiene las pestañas grandes. Lleva una sudadera roja y unos vaqueros rotos, unas convers y las manos repletas de pulseritas de colores que le dan un estilo muy propio. No tiene pinta de ser la típica niña buena.
Leo se acerca hacía donde estoy junto con dos de sus amigos, su sonrisa burlona me indica que no viene en son de paz.
-Pero bueno, Oliver, te estás haciendo mayor, ¿eh? ¡Si ya hablas con chicas y todo!-ríe.
-Leo, no me apetece discutir contigo-digo sincero.
-Vaya, la nena tiene miedo-dice uno de los dos chicos que están al lado de Leo.
-¿Me vas a hablar tú de miedo cuando eres el primero que se refugia entre las piernas de Leo? Mírate, eres su puto criado-vacilo.
Los otros alumnos me miran incrédulos, no suelo responderles.
-¿De qué vas?-se acerca a mí, me levanto de la silla.
Nos miramos desafiantes, no voy a dejar que sigan insultándome. Leo y su otro amigo me rodean, son tres y yo soy uno, tengo todas las de perder.
-Pensaba que eras más listo...-me empuja Leo.
-No me toques-le devuelvo el empujón.
-Ah, que va enserio, quiere que le peguemos-dice el chico que tengo justo detrás.
-Quiero que dejéis de creeros que sois mejor que el resto. Quiero que me dejéis-respondo levantando la voz.
Leo levanta el puño en dirección a mi cara.

ESTÁS LEYENDO
Ahora que ya sé
Teen Fiction"De repente entra Mia a la cocina y se encuentra con esta extraña situación. Cristian sin camiseta y yo con la mia totalmente abierta, el uno frente al otro. -¿Qué hacéis?-pregunta extrañada. -Esto...-me ha dejado cortado." _________________________...