¿Es el momento? (5)

7.4K 422 13
                                    

(Narra Emma)

Mi jornada termina en veinte minutos y, por lo que veo, no tendré que atender a ningún niño más. Recojo todas mis cosas y las guardo en el bolso, reviso que todo quede perfectamente ordenado, no me gusta trabajar en un despacho con desorden.
Miro mi teléfono, tengo un mensaje de Noah:

-Acuérdate de recoger a Oliver, olvidona ;)

¡Cierto! Casi me olvido de él, le respondo:

-Gracias por recordármelo, luego nos vemos.

Me despido de la secretaria y subo al coche, conduzco hacia el instituto de mi sobrino, lo espero en la entrada. Después de unos minutos sale Oliver acompañado de otro chico más alto que él. Ambos se acercan.

-No sabía que tenías una hermana tan guapa-dice el chaval mirándome.

-Es mi tia-le da un golpe suave en la cabeza.

-Pero no lo aparento-le sigo el juego.

-Para nada-responde el chico guiñándome el ojo.

Oliver nos mira asqueado.

-Tiene novio-advierte.

-Oli, estamos bromeando-río.

-Eso, Oli-repite el mote que le he dicho- No te pongas celoso.

Pone los ojos en blanco y sube al coche sin decir nada.

-Ya nos vemos-dice el amigo de Oli despidiéndose con la mano.

Hago lo mismo y enciendo la radio.

-¿Quién es ese chico?-pregunto sin despegar la mirada de la carretera.

-Es un chico que ha repetido y ahora va a mi clase, creo que me llevaré bien con él-confiesa.

-Genial, tener amigos siempre está bien-digo-Vale, eso a sonado muy de madre-rio.

-Te haces mayor-me pica.

-Tú si que te haces mayor, todavía recuerdo cuando te tenía en mis brazos, eras tan gordito-digo nostálgica.

Hablamos de distintas cosas por el camino hasta que llegamos a mi apartamento.
Al entrar, un delicioso olor nos invade.
Oliver deja su mochila en una silla que tenemos en el recibidor, los dos nos desplazamos hacia la cocina, sitio en el que nos recibe Noah con tres platos de spaghettis que tienen una muy buena pinta.

-A comer-anuncia.

-No sabía que cocinabas-dice Oliver.

-Pues ya lo sabes, venga, siéntate que se te enfría-advierte.

-Estás hecho todo un padrazo-digo yo en broma.

-Quizá sea hora de comprobarlo-me mira y enseguida me doy cuenta de lo que me está insinuando

-No, no. Nada de crios inquietos y pañales pestilentes-respondo.

-¿Por qué no?-me mira haciendo pucheros.

-Ni hablar, después las estrías para mí, la barriga flácida, los pechos irritados-exagero para hacerlo entrar en razón.

-Eso es lo de menos, con estrías, flacidez, irritación o todo lo que venga te querré igual. Imagínate a Cloe correteando por aquí, sería maravilloso-dice entusiasmado.

-¿Cloe? Ya tiene nombre y yo ni me había enterado.

-Bueno, parejita, igual es mejor que os deje aquí solos discutiendo el nombre del futuro bebé-bromea Oliver.

-Futuro no, inexistente-sentencio.

-Esta noche te hago cambiar de opinión-me mira sugerente.

Lo miro insinuante.

-Puagh, voy a vomitar-Oliver simula tener una arcada.

-Ya te llegará el momento, Oli-le lanzo un beso a Noah.

Seguimos comiendo entre bromas, eso de tener un hijo ahora me cambiaría bastante la vida, llevamos unos años de tranquilidad y me siento muy cómoda. Aunque quizá ya sea el momento de prepararnos para dar un paso más, quien sabe.

Ahora que ya séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora