Ahora que ya sé (37)

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Ha pasado una semana desde que quedé con Cristian y todavía sigo en una nube. No sé muy bien qué es lo que siento; alivio por haberme declarado, tristeza porque ya no está, incertidumbre por no saber qué ocurrirá...Todavía no he hablado con Mia, no he sido capaz de contarle todo lo sucedido, y de hecho, creo que no se lo contaré. Ese momento me pertenece a mí y bueno, a Cristian. Y siento que así debe seguir siendo. Sin embargo, sí debo contarle que se ha marchado. Porque aunque dentro de mí tenía la esperanza de que Cristian no se marcharía y que seríamos como dos protagonistas de una historia de amor que termina bien, la realidad no ha sido esa. Me da impotencia pensar que quizá era la persona correcta, pero nuestros caminos solo se cruzarían de manera temporal. Y ahora no hago más que darle vueltas al qué hubiera pasado si me hubiera declarado antes, si hubiera hablado con él de su situación, si hubiera intentado ayudarle...¿Estaríamos juntos? ¿Seríamos igual de felices que Emma y Noah?

Al llegar a clase me he seguido planteando situaciones hipotéticas y destinos alternativos que jamás podré vivir. Mia ha notado que estaba ausente, y me ha preguntado si tenía que ver con que, desde la semana pasada, Cristian no ha venido a clase.

-No me contesta los mensajes, no coge mis llamadas...¿he hecho algo mal?-pregunta Mia nerviosa.

-¿No te ha contestado ni un solo mensaje?-al parecer, Cristian lleva toda la semana instalándose en su nuevo hogar. A mi me avisó de que no contestaría con frecuencia, que necesitaba tiempo para asentarse, y creía que también habría avisado a Mia.

-Pues no. Estoy por plantarme en su casa y pedirle explicaciones como si fuera una ex tóxica-dice Mia cruzando los brazos.

-No pierdas el tiempo, no lo encontrarás en su casa-es el momento de decirle que se ha mudado.

-Uf suenas super dramático, como si Cristian todo este tiempo hubiera sido un mafioso encubierto y ahora está en una misión huyendo del bando contrario porque debe mucho dinero-bromea Mia.

-La verdad es que le pega-tengo ganas de decir que le pega más ser un mafioso que un chico que me ha besado a mi, pero evito hacerlo-Pero la verdad es que se ha ido, aunque no por ser un mafioso.

-¿Dónde se ha ido?-pregunta confusa.

-Se ha mudado a otra ciudad, ambos sabíamos que su situación en casa no era la mejor...-antes de que termine de hablar, Mia me interrumpe.

-¿El cabronazo se ha ido sin despedirse de mí? ¿Sin explicarme nada?-parece un poco alterada, pero sabe que estará mejor lejos de ese hombre- Y yo que creía que seguía pillado de mi.

-No quería hacer de esto un drama-digo tras haber sentido una punzada de celos al recordar que a Cristian le gustaba Mia.

-¿Y por qué ha elegido contártelo a ti en vez de a mí? Siempre has sido el más burgués de los tres, pero no creía que tus privilegios llegaran tan lejos-me revuelve el pelo, sabe que me molesta que lo haga.

-Azar, supongo-Miento, pues siendo honesto pienso que si se quiso despedir de mi a solas, fue por un motivo, pero no veo bien decirle a Mia esto.

Ambos nos quedamos en silencio, mirando hacia el patio. Estamos en el mismo sitio donde meses atrás Mia se dio cuenta de cómo miraba a Cristian. Pero él ya no está.

-Lo echaré de menos-dice Mia ahora más seria- aunque no más que tú.

La miro, y no niego lo que dice, pues los dos sabemos que es cierto. Que no le cuente lo que ocurrió no significa que vaya a negar algo tan evidente como mi conexión con Cristian. Mia coloca su cabeza sobre mi hombro y nos quedamos en silencio hasta que suena el timbre que indica que debemos volver al aula.

Al volver a casa evito mostrar que estoy más triste que de costumbre. No puedo evitar mirar mi móvil por si se ilumina con un mensaje de Cristian. Pero la realidad me golpea de nuevo cuando, a pesar del transcurso de los días, no recibo ningún mensaje. Siento una profunda decepción al comprobar que, efectivamente, solo fui un experimento para Cristian. Alguien con quien testear si siente atracción por su mismo sexo. Miles de preguntas me invaden. Teorizo sobre lo ocurrido, recreo cada momento y cada vez siento que se difuminan más detalles de aquella noche. ¿Y si fingió que le gustó para no hacerme daño? ¿Y si imaginó que yo era otra persona, incluso Mia, para disfrutar del beso? Me siento muy mal por haber creído que alguien como yo, podría gustarle a alguien como él. No teníamos nada en común. Quizá me encapriché de alguien a quien admiraba y envidiaba. Puede que el amor no sea para todos. Puede que no sea para mí.

Nueve meses más tarde llegó Valeria. Noah y Emma tuvieron una niña, y a pesar de las insistencia de Noah por llamarla de mil formas "cursis" según palabras de mi tía, Valeria fue el nombre elegido.

-¿Y por qué Valeria? -pregunto al conocer el nombre de mi nueva prima.

-Valeria fue una amiga que tuve en mis años de instituto. Una muy buena amiga, de hecho-explica Emma.

-¿Y si era tan buena amiga, por qué no está hoy aquí?-pregunto.

-Oli, la vida es compleja. A medida que creces, te das cuenta de que muchas veces, querer no es suficiente. Hay situaciones que te llevan a tomar decisiones difíciles. Y a veces tienes que alejarte de las personas que quieres para seguir viviendo tu vida-responde Emma.

-Pero, si quieres mucho a alguien, ¿por qué alejarte?-inevitablemente, busco explicaciones que me alivien.

-No es tan fácil como eso. En muchas ocasiones, no hay otra opción que marcharse, y está bien. Cada uno tiene que formar su camino, y en ese camino coincidirás con personas maravillosas que, con mucha suerte, te acompañarán por muchos años. Pero no siempre van a poder estar contigo, o tú con ellas porque puede que algún día seas tú quien deje atrás a quien quiere- Emma me abraza, sabe que mis preguntas tienen un por qué- Si tiene que ser, será. Aquello que está destinado a estar junto, se encontrará en algún momento.

Me dejo abrazar y siento algo de alivio. Me alivia saber que no hay nada de malo en mi, en mis actos o en mis decisiones. Cristian se tuvo que marchar para estar mejor, no por querer alejarse de mí. Y aunque hubiera sido genial poder haber compartido más momentos con él, la vida no lo ha querido así.

Veo como Noah se acerca a mí con Valeria en brazos.

-Impresionante-susurra.

-¿Ser padre?-pregunto.

-No-se ríe- Es impresionante que haya creado a una niña todavía más guapa que yo.

Me río ante la estupidez que acaba de decir. Y aunque siempre está bromeando, veo su cara de admiración ante su hija. Es bonito observar la imagen de los tres. Me imagino a mí creando una familia así y no puedo evitar preguntarme quién será la persona con la que forme esa familia.

Este año ha sido toda una montaña rusa emocional. He crecido y he conocido a personas que me han aportado mucho. He visto como la familia ha aumentado. Me he descubierto más que nunca. La he cagado mil veces y también he hecho las cosas bien otras mil veces. He hecho nuevos amigos, he perdido a otros. Me he enamorado y he sentido como todo ese amor me ha dejado hecho añicos. He sentido más felicidad que nunca, pero también más tristeza.

Ahora que ya se quién soy, quiero seguir descubriendo más de mí.

Ahora que ya séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora