Capitulo 6

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Gabriel se consideraba a sí mismo paciente; a diferencia de Uriel o de Miguel quienes se iban a los golpeas antes que a las palabras. Sin embargo, esa tarde Beelz había acabado con su paciencia (no es que tuviera mucha tampoco) apareciéndose en medio de la cata como una mosca y llamando la atención. No era su culpa, pero era propio de Gabriel buscar a alguien a quien culpar. Es por eso que ahora había lanzado a Beelz dentro de la suite mientras ésta planeaba mil maneras para evitar la ira de un arcángel. 

-Crowley te vio- dijo Gabriel caminando por la habitación y quitándose el saco y la bufanda. Beelz gruñó por lo bajo y procedió a quitarse los zapatos y a lanzarse a la cama, con un solo chasquido volvió a colocarse la pijama. 

-Dime algo que no sepa- Beelz empezó a repasar varios planes por si el demonio llegaba a confrontarlos, necesitaba agua bendita. Gabriel por su parte estaba molesto, se convenció de que era por el casi descubrimiento de Beelz, no por el pensamiento fugaz de correr hacia la mosca y protegerla con su mano de cualquier daño físico ¿Proteger a una mosca? eso era ridículo para un ángel. Gabriel se lanzó del otro lado de la cama, cansado y con ganas de vomitar gracias a las rebanadas de pastel que había comido. -Podría ir por mi ejército de demonios- dijo ella con un tono de voz autoritario -O podrías ir por tu tribu de ángeles y lanzarnos a la cacería- Claro, solo se olvidaban que ninguno tenía un ejército, quizá uno imaginario, pero nadie iba a seguirlos luego de quedar en ridículo. Gabriel hizo una mueca de disgusto mientras Beelz se limitaba a cerrar los ojos, debió sospechar desde un inicio, sobre todo cuando pidió su ayuda -¿No fue una mentira, verdad?- Gabriel negó con la cabeza. Beelz tragó grueso, pensó que llegando el día, reiría a carcajadas pero eso era diferente. 

-Por eso no hay ejército de ángeles, querida. Nadie sigue a un líder que dejó escapar a un traidor. 

-Pero eres un arcángel... 

-Ex-arcangel- dijo Gabriel con algo del orgullo dañado. En su mente aún seguía siendo uno de los principales del cielo. - Beelz se mordió el labio -No tienes que ser educado "príncipe"...

-Ex-príncipe- dijo arrugando la nariz y mirando al ángel, imponente pero con la mirada perdida -Si fuera príncipe no habría respondido tu mensaje- A Beelz nunca le dijeron que debía dejar su corona pero tampoco le dijeron que podía conservarla, al parecer de varios ya no la merecía y con un leve temblor de hombros la había dado a otro. -Nunca me gustó mi corona de todos modos, me apretaba las sienes. 

-¿Usabas corona?- dijo Gabriel cambiando de tema. Beelz afirmó con la cabeza. 

-A veces. me hacía sobresalir de la multitud.- Gabriel rió, no de esa risa fingida, sino una que hizo a la luz parpadear e hizo que se le erizara la piel, esa era la risa que al príncipe le gustaba, tanto que comenzó a sonreír. 

-Tú sobresales siempre, te reconocería en cualquier parte, dentro y fuera de este mundo- el corazón del demonio se encogió mientras los ojos empezaban a brillarle. Gabriel tosió un poco dándose cuenta de las palabras -Digo, siempre vas con moscas a todos lados y...y esas cicatrices. No podría perderte de vista- Beelz tuvo ganas de llorar, por primera vez en siglos. 

-¿Son tan feas?

-Terribles- Beelz sonrió. Gabriel estaba mintiendo. El príncipe levantó una ceja -No me mires así, sigues igual de horrible que siempre y ahora por tu culpa pueden descubrirnos- Beelz puso los ojos en blancos, demasiado bueno para pensarlo. -Y no dudo que tengan agua bendita. 

-¿Qué te hace pensar que estás a salvo? A lo que sé también pueden tener fuego de infierno. 

-Soy casi intocable, tesoro- Gabriel hizo el ademán de tocarle una d las mejillas, el demonio gruñó e intentó morderlo -¡¿Ibas a morderme?!

Demasiado bueno para ser verdad (Beelz x Gabriel Good Omens)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora