Capitulo 26

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Retrasar la boda por sí misma era una idea terrible, sobre todo considerando que el clima de la zona ese fin de semana fue pronosticado con inminentes tormentas. Sin embargo resultó que una tormenta no es tan mala como el perder a dos conocidos que se habían vuelto parte de una especie de familia. Además siempre existían los milagros y Gabriel mismo se comprometió a que el día de la boda re-programada no habría una sola nube en compensación por todos los problemas que él y Beelzebub habían llevado consigo y por su divino plan que se había cancelado luego de que el amor brotara entre él y el príncipe del infierno luego de 6000 años. Azirafel aseguró que no había nada que compensar o perdonar, para él fue más que suficiente verlos con vida y abrazar a Lord Beelzebub, quien lucía más que feliz de no tener que volver a tratar con demonios-lame-paredes y con agua bendita o fuego infernal. Crowley fue más difícil de convencer, tardaron al menos cinco minutos más, hasta que Rafael en los brazos de su madre le tendió las manos para que lo cargara. El demonio jamás diría que se había derretido de ternura al verlo y al tomarlo en sus brazos, más cuando le dijeron el nombre "pésimo nombre" fueron sus palabras aunque se le dio mal esconder de su prometido varias lágrimas que humedecían sus ojos, cuando dejó de sonreír con el bebé aún en brazos pidió como compensación que les dejaran ser los padrinos del... cualquier cosa que fuera el recién nacido, que tranquilo recibía mimos por parte de Azirafel. Beelz y Gabriel se miraron sonrientes y accedieron, ninguno quería que fuera de otra manera. Como un último cierre del perdón Gabriel le ofreció la mano a Crowley quien la estrechó. Beelz y Azirafel se miraron con complicidad, quizá un día se menguaran sus diferencias y un día Beelz pudiera decirle qué había pasado con el gran creador de estrellas Rafael, después de todo, tenían todo el tiempo del mundo por delante. 

El día de la boda no hubo tormentas, quizá una que otra nube pero nada menguó la belleza de las flores y plantas que exuberantes crecían en el jardín que Azirafel y Crowley habían elegido. No se parecían al Edén pero resultó que Beelz empezaba a creer que el mundo era más bello aún con todas sus imperfecciones que el lugar donde Dios había puesto a los primeros humanos. El mundo no era perfecto, pero no necesitaba serlo para que fuera hermoso. Lo supo al ver a Anathema cargar a su hija recién nacida y sentir el abrazo de la bruja, quien con estima le recordó que habría protegido a su hijo con uñas y dientes si quien se lo hubiera llevado no hubiera sido un arcángel. Gabriel le agradeció y por primera vez compartió un abrazo con un humano no por obligación, sino por estima. 

-Se parece a su madre- fueron las palabras más abundantes que escuchó la pareja de príncipe y arcángel. No fueron tan malas considerando las del ex-sargentp Shadwell, quien examinó al niño con sorpresa. 

-¿Acaso no es hermoso? Una boda y luego la llegada de dos bebés- murmuró con ternura Madam Tracy cargando al recién nacido. 

-Mujer, baja a esa criatura, no sabemos de donde salió... 

-De donde va a ser sino de sus adorables padres 

-¡¿Eres mujer?!- dijo Shadwell asombrado de veras señalando a Beelzebub, quien se limitó a sonreír  y a decir que eran cosas de ángeles y demonios un tanto inexplicables. Madame Tracy se lo acercó para que lo cargara, al principio el hombre se mostró reacio a cargarlo hasta que el bebé abrió los ojos violeta y lo miró con ternura, podría parecerse a Lord Beelzebub pero tenía parte del encanto de todos los ángeles, tanto así que el hombre se hizo el duro para no admitir que de verdad era lindo -¿Y cuántos pezones tiene la criatura?

-Solo dos- respondió Gabriel con tranquilidad. Solo entonces Shadwell cargó al niño. Fue bueno que el recién nacido tuviera la aparente tranquilidad de un ser que se sabe fuera de peligro, puesto que tanto él como la hija de Anathema fueron el blanco de The Them, Adam y un chico llamado Warlock amigo íntimo del último (y quien juraba que los dos novios eran una especie de encarnación de su niñera y el jardinero)mientras esperaban a que llegaran los novios. A diferencia de Beelzebub, quien tranquila daba la bienvenida en su maravilloso vestido elegido para la ocasión a los invitados, Gabriel se quedó sentado vigilando que nadie tratara de ofrecerle un bicho muerto a su hijo o lo hicieran llorar. Beelz puso los ojos en blanco, sí, el mundo no era perfecto y nadie en él lo era, pero al ver a Gabriel sosteniendo a Rafael y la pequeña reunión supo que valía la pena vivir allí y haber dejado de lado cualquier corona. 

Demasiado bueno para ser verdad (Beelz x Gabriel Good Omens)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora