Capitulo 24

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Había una canasta y un recién nacido en ella. Beelzebub casi pudo haberse reído al contemplar a su hijo en las mismas condiciones del anticristo, envuelto en las telas que Gabriel había llevado y con un pequeño conjunto demasiado grande. De todas formas ninguno era muy diestro atinando a la talla de los bebés, ni siquiera del suyo. Gabriel se dedicó a juguetear un rato con el niño hasta que se durmió y lo colocaron en su canasta, también era demasiado grande para él pero ninguno le dio importancia.

Lo más cruel luego de cerrar la canasta fue el hecho de que Beelz ni siquiera recordaba a su hijo. Sabía la combinación de su rostro, el color de su cabello pero no los detalles que cualquier madre habría querido memorizar, el tamaño de sus dedos, la forma en la que bostezaba, el perfil de su rostro al acomodarse para dormir... Detalles que le habría encantado guardar antes de caminar fuera de su vida.

-¿Te arrepientes?- preguntó Beelz al volver al desierto. Gabriel negó con la cabeza.

-Solo de no haberte convencido para que te quedaras con él- Beelz negó con la cabeza. -¿Si hubieras sabido como terminaría esto habrías accedido a encontrarte conmigo d todas formas?

-No- dijo el príncipe del infierno -Pero eventualmente me habrías convencido y caería de nueva cuenta a tu lado. -¿Te arrepientes?- Gabriel negó con la cabeza. 

-Aunque seamos malos socios, fue mejor de lo que pude haber pensado. Aún con el fuego de infierno- Beelz extendió una de su manos a las recientes cicatrices para delinearlas con ternura. 

-Somos los peores- completó ella antes de darle un rápido beso. 

-Y somos malos padres- aclaró Gabriel antes de recibir un golpe en el hombro. 

-Habla por ti. 

-Tú no quisiste quedarte con él a pesar de que me arrodille para pedírtelo- Gabriel no exageraba, unas cuadras antes de la casa de Anathema se había hincado envuelto en lágrimas para pedirle a Lord Beelzebub que se salvara. Ella se había negado. 

-¿Y cuánto habríamos durado sin ti?- Beelz aun adolorida y cansada se recostó en el muro de arena. Intercambiaron una mirada antes de afirmar con una sonrisa. -Sea como sea. Fue un placer hacer negocios contigo.- le ofreció la mano como un chiste personal de la primera vez donde su trato quedó resumido a palabras. 

-¿Juntos hasta el final?

-Hasta el final. 

Estaban listos y el resplandor de ambos empezó a aparecer, como una aurora en medio de la nada. Una señal de alarma, una señal que decía "Estamos aquí".

¨*+*¨

Cuando salieron a la intemperie, Beelz dio un alarido bajo de odio al contemplar a uno de sus... Amigos. Beelz se atragantó con la palabra al ver a Azirafel amordazado por Dagon en su nueva forma corporea. El ángel la miró con algo de terror en la mirada, era fácil adivinar que le pedía correr. Por su parte, Crowley luchaba en los brazos de Uriel y de Saldalphon mientras era amenazado con agua bendita.

-Ya nos tienes, ahora suéltalos- dijo Beelzebub, aun adolorida por los eventos, había empezado a resentir los efectos inmediatos del parto. Crowley negó con la cabeza convencido que era humillante que Lord Beelzebub se hubiera aparecido para salvarle el trasero junto con el arcángel a su lado. Se olvidaba de que la extrañaría, por más terrible jefe que hubiera sido. Gabriel se mantuvo callado, hasta que su mirada se encontró con Miguel y cambió a una más amenazante, Miguel llevaba algo entre las manos pero su posición le impedía saber lo que era. 

-Un traidor exigiendo un pago al infierno- se burló Dagon. Detrás de él Hastur hizo una mueca, prefería estar en otro lado antes que estar juzgando al ex príncipe.

Demasiado bueno para ser verdad (Beelz x Gabriel Good Omens)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora