Le habían colocado la corona que usara en otros tiempos, el traje de príncipe y a su hijo entre los brazos mientras la guiaban a la tina de agua bendita. Su hijo lloraba al tiempo que ella emitía varios alaridos para alejar a otros demonios y que no tocaran lo único que le quedaba de su mundo. Beelz pensaba que jamás contemplaría algo más horrible que a Gabriel agonizando, se equivocó cuando miró los ojos violeta del ser al que más amaba lloriquear asustados.
Trató de cantar pero la voz no le salía. Trató de mecer a su bola de no luz en vano, incluso quiso alimentarlo a pesar de los cientos de ojos que se cernían sobre su figura. No lo hizo más por orgullo que otra cosa. Lo único que le vino a la mente en sus últimos momentos fueron las historias de antes de la caída,s donde había un ángel que se enamoró de otro y antes de caer recibió el regalo más hermoso que alguien podría dar.
"Se hicieron con amor" susurró tratando de calmar al ser que la miraba con duda "Y lo que se hace con amor nunca se desperdicia ni es terrible... Como tú" la criatura se relajó un poco en sus brazos unos momentos antes del juicio. Beelz pensaba que tanto ella como su vástago terminarían en el mismo sitio, si esque había otro sitio al cual ir luego de que el agua bendita los destruyera. En la lógica de los demonios, su hijo era mitad como ella, lo que lo hacía vulnerable. Beelz tarareo la melodía que tanto ella como su Gabriel habían bailado solo dos veces. Su hijo la miró interrogante, no cantaba bien ni tenía la voz hermosa que su padre tenía pero era imposible negar que se esforzaba de veras.
Beelz estaba dispuesta a suplicar y lo hizo cuando Dagon dictó la sentencia de muerte y empezaron a rellenar una tina de agua. Que ironía, Beelz una vez condenó a muerte a Crowley en las mismas condiciones pero por un crimen diferente; ahora estaba en su lugar, sosteniendo a su hijo sollozante. Era demasiado pequeño, demasiado gritón y supo por sus reacciones que igual de asustadizo que cualquier criatura a su edad. Beelz quiso llorar antes de mirar a su hijo, con los ojos llorosos aún buscaba a su al rededor un rastro conocido.
-No está aquí- dijo sabiendo que rostro buscaba -Pero lo veremos pronto- quizá era el don natural de una madre o simplemente el efecto que Beelz por sí misma poseía pero hizo callar al bebé... Quería darle de comer al menos otra vez pero contuvo su deseo para abrazarlo y mantenerse firme cuando leyeron su sentencia. En voz baja siguió tarareando la melodía.
-El juicio del demonio Ex Príncipe del infierno Lord Beelzebub que terminará con su destrucción y con la de su vástago inicia ahora- Beelz le gruñó al hablante haciendo que el demonio menor se echara hacia atrás con miedo. Quizá podría salpicar algo de agua antes de desaparecer y llevarse a unos cuantos con ella.
-Nada personal, Beelzebub- dijo Dagon con una sonrisa -Pero sabías a lo que te metías al transgredir las normas con un arcángel.
-Mejor haberlo hecho con el a estar una eternidad más con ustedes- dijo con ira apretando a su bebé. Al menos agradecía que la hubieran dejado conservar hasta el final a su bola de no luz sin nombre. Es verdad, ni siquiera le había puesto unnombre. Sollozó pensando en los nombres que había escuchado durante toda su existencia. Ninguno era apropiado.
Esperó a que la sentencia y el veredicto se diera, la condena escrita en los bordes de la tina de baño. Beelz trató de controlar sus espasmos pensando en un nombre y en las miles de historias que su hijo nunca vería. Extrañaría respirar de forma pausada, la brisa del mar y el aroma a té caliente. Extrañaría a Azira y a las páginas amarillas que contaban historias, incluso a Crowley y su manía por saber sus planes y dar en el clavo. Pero sobre todo extrañaría a Gabriel, sus amplias alas abrazándola mientras hacían el amor y se acurrucaban en la cama, extrañaría su rostro y pelear con él para terminar ganando. Extrañaría esa sensación de amor que solo sentía a su lado... Y aunque odiaba admitirlo no cambiaría nada, ni siquiera el hecho de caminar rumbo a su muerte junto con lo que le quedaba del arcángel ¿Ya habría sufrido la ira del cielo? Contuvo un gemido para no asustar a su hijo, que nervioso contemplaba las paredes del infierno y escuchaba los gritos de júbilo de los verdugos.
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Demasiado bueno para ser verdad (Beelz x Gabriel Good Omens)
Fiksi PenggemarDos años después del casi apocalipsis, Azirafel y Crowley están a punto de unir sus vidas para siempre, sin embargo el cielo y el infierno se han unido para llevar a ambos traidores a su destrucción desenmascarando el secreto que les permitió sobrev...