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—Ah~ JungKook despacio!

—Perdón, me emocioné.

—Aún estoy lastimado—JiMin soltó su almohada y caminó hacía la cocina— Necesito agua.

Habían pasado tres semanas desde que JiMin vivía con Jungkook y se llevaban muy bien.

El ángel abrió el refrigerador, JungKook se colocó detrás de él, con su pecho contra las alas del más bajito.

El castaño extendió su mano acercándose más a JiMin, tomó el jugo y se separó.

—Eres muy divertido, Ángel— Se sentó en la isleta de la cocina.

—Ya te dije que mi nombre no es Ángel. Y ya debes irte a la universidad— Lo miró.

—Ya me hubiese ido si no fuese porque empezaste a golpearme con la almohada, Ángel.

—Deja de decirme Ángel— le gritó divertido.

—Eres un ángel—Tomó su mochila— Eres mi Ángel.

Salió del departamento dejando a JiMin con el corazón a Mil.

—Yo soy tu Ángel— Susurró a la nada.








JungKook llegó a la universidad y caminó hacía su aula. Varios de sus compañeros ya habían llegado incluyendo la chica que le gustaba.

—Hola, Kookie.

—Hola, Lisa— Sonrió.

—Oye, Kook. Estaba pensando en que podríamos tener una cita— tomó un mechón de su pelo liso.

—Oh! Eso sería genial!— Exclamó bastante feliz.

—Bien! Mañana es sábado, así que, podemos ir a el parque o a el cine ¿Qué dices?

—Me gustaría ir a ver una película.

—De acuerdo, a las 6 nos vemos— Se fué.

El alocado corazón de JungKook no daba más. Se encargaría de darle la mejor cita de su vida a esa chica.

Las clases fueron entretenidas como siempre. Debían dibujar a su compañero de asiento y eso le encantaba.

—YoonGi, no te muevas.

—El que se está moviendo eres tú, idiota.

—Siempre tan lindo mi mejor amigo.

—Jodete, Kook.

—Lisa me invitó a salir, bro.

—No mames ¿En serio?

—Si, Yoonie— Sonrió.

—Mmmm. No me cae bien.

—¿Qué?

—Se le nota que es una bruja, Kook— La miró con ojos indiferentes.

—Es un Ángel— la miró embobado.

—Solo tú crees eso.

Siguieron dibujando hasta que la clase terminó.

JungKook salió de la universidad con una sonrisa radiante. No podía esperar, quería contarle a JiMin lo sucedido.

Corrió hasta el edificio y subió a el departamento. Cuando entró todo estaba demasiado pacífico, desde que JiMin vivía con él, siempre lo recibía con un abrazo.

Caminó hacía la habitación y escuchó susurros. Abrió la puerta de golpe y encontró a JiMin cerrando la ventana.

—¿Con quién hablabas?& Cerró la puerta detrás de él.

—Con nadie, Kook. Solo miraba las estrellas— Sonrió.

—JiMin— se acercó— No puedes hacer eso, recuerda que no puedes ponerte invisible. Pueden verte.

—Nadie me verá, JungKook. Tranquilo.

—Bueno— Bajó su mirada.

Algo brillaba a sus pies.

Se agachó y abrió los ojos muy grandes cuando miró la prenda en sus manos.

—¿Y ésto?

—¿Y yo que voy a saber? Es tu habitación.

—Es que...— recuerdos de su infancia llegaron a su mente. Él y su padre sonriendo. Solo ellos.

Llevó el brasalete a una cajita, era muy bello. Lo conservaría.

—Tengo algo que decirte— tomó a su ángel de las manos y lo llevó a la cama.

—Dime, dime— Sonrió.

—Lisa me invitó a salir—

JiMin podía ver el brillo en sus ojos.

—Oh—dijo en un susurro— Eso es increíble— No sabía si reír o llorar.

—Mas que increíble, JiMin!

—Si— volvía a susurrar.

JungKook estaba tan feliz que no notaba la incomodidad de JiMin.

Ese día JungKook durmió feliz y JiMin simplemente no pudo dormir.











~Cuarto capítulo 💕
Besos💜

🍃ÁNGEL🍃 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora