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Salió de la universidad y escuchó su estómago rugir.

Caminó hacía el puesto de comida más cercano y pidió un sándwich de jamón y un jugo de naranja.

Cuando sacó su dinero no tenía suficiente.

—Maldición!—Exclamó en un susurro.

*Chasquido*

Ahora si tenía suficiente dinero.

Pagó y caminó hacía su edificio.

Entró a el departamento satisfecho con lo que comió.

Cuando se quitaba la ropa, sin querer, tiró un jarro a el piso. Suspiró y esperó a que el Chasquido hiciese lo suyo.

Nada.

Se extrañó y miró a todas partes.

Nada.

Recogió los pedacitos de cristal y los tiró en una bolsa de basura.

Entró a la ducha y sintió el agua caer por su cuerpo. La relajación invadió su cuerpo cómodo e costumbre.

Para él el agua era como la cura a su estrés.

De repente, el agua se detuvo haciendo suspirar cansino.

Y esperó.

Nada.

Miró alrededor del baño.

Nada.

Escuchó movimiento en su habitación, así que, salió del baño con la toalla alrededor de su cintura.

Abrió los ojos como platos ante tal cosa que frente a sus ojos.

Un chico con unas enormes alas blancas estaba frente a él.

El chico estaba encorvado tapando lo que parecía una herida en una costilla.

—A-ayudame, Jung-kook.

Caminó rápidamente hacía el chico y lo colocó en su cama.

—¿Qué h-hago?— preguntó desesperado.

—Un pañuelo, por favor.

Buscó entre sus cosas y cuando encontró algo se lo dió.

El chico con alas colocó el pañuelo en la herida para detener el sangrado.

—Llévame a el baño— Extendió su mano para que JungKook la tomara.

—Si— Susurró nervioso y tomó la pequeña mano.

Era muy suave y pequeña. A el castaño le pareció muy tierna.

Despacio, lo llevó a el baño y lo dejó en la tina. El chico rubio empezó a quitar su ropa.

—Vete— le ordenó sin siquiera mirarlo.

El castaño salió rápidamente y se lanzó a la cama.

—Diablos!— Susurró.

Cerró los ojos esperando a que cuando los abriera el chico con alas no estuviera ahí.

—¿Tienes un botiquín, JungKook?— escuchó como el chico gritaba.

Caminó de vuelta a el baño y sacó el botiquín.

—Aquí está— lo extendió hacia el rubio.

—Saca las vendas y el alcohol.

Obedeció y le entregó sus pedidos.

Abrió los ojos a el darse cuenta de que el chico rubio lo llamaba por su nombre.

No se había puesto a pensar en que lo que estaba pasando era una locura.

El chico tenía alas, lo llamaba con su nombre y cuando le daba una orden él sólo obedecía sin chillar ni nada!

Vió como el chico con alas se paraba y guardaba las cosas en el botiquín.

—¿Cómo es que sabes mi nombre?— tuvo el valor de preguntar.

El chico caminó hacía la habitación. JungKook guardó el botiquín y caminó detrás de él.

—¿Quién eres?

El rubio tomó asiento en el piso.

—¿Qué eres?

—JungKook.

Se miraron un rato. Jungkook no se había dado cuenta de los bellos ojos azules que poseía el chico. Se quedó mirándolo y sintió la misma relajación que sentía cuando las gotas de agua recorrían su cuerpo.

Miró un poco más abajo, a los labios del rubio. Inmediatamente sintió el impulso de besarlo. Se sentía demasiado extraño.

Desvío su mirada.

—Soy tu Ángel.


🍃Segundo capítulo 💕
Besos💜

🍃ÁNGEL🍃 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora