CAPÍTULO 9

1.3K 73 7
                                    



Ashley.



21 de agosto.




— ¿Qué bonito es estar comiendo un delicioso helado en el parque, no?

Thomas asiente y mueve sus piernitas de un lado a otro mientras lame gustoso su paleta, lo veo observar a los costados con curiosidad y ansiedad de ir a jugar con los niños en el parque, pero que primero debía comer el helado que me obligo a comprar.

— ¿Ya?

— No, te dije que termines tu paleta.

Él hace un tierno puchero sobresaliendo su labio inferior, pero sigue comiendo su helado con más rapidez aunque con bastante gusto. Definitivamente es un niño que le encanta lo dulce.

Una vez que termina de comer, prácticamente atragantándose, salta de la banca donde nos encontrábamos y sale corriendo para ir a jugar.

— ¡Thomas! – Le grito levantándome, él sigue avanzando mientras se pierde entre la multitud y mi desespero crece aún más al no poder encontrarlo – ¡Thom!

Empujó a las personas mientras sigo buscándolo, muerdo mi labio con desesperación sin saber qué hacer y de repente el gran tumulto de gente se mueve a un lado.

Por alguna razón me siento expuesta, siento... Como si alguien me estuviera vigilando.

Me giro hacia los costados mirando si soy capaz de encontrar algo, si puedo ver a alguien a mí alrededor sospechoso.

No es la primera vez que siento que me están observando, las veces que llevo a Thomas a la escuela, cuando trabajo en el bar, cuando estoy llegando a mi casa. Es constante y me está comenzando a dar miedo el que de verdad me observen, aunque lo que más me aterra es que le suceda algo a mi hermano pequeño. O quizás es simple paranoia, pero esta vez es distinto.

Me volteo hacia mi derecha y es entonces es cuando lo veo.

— ¡Thomas! – grito aliviada. Él me da una de sus sonrisas más inocentes y me saluda con los dedos antes de tirarse de uno de los toboganes.

Llevo una mano a mi pecho intentando calmar mi respiración, eso fue realmente aterrador. Cierro mis ojos con fuerza y siento como una mano se envuelve en mi brazo apretándolo.

— ¡Ah! – grito apartándome abruptamente y la señora pelirroja me mira extrañada. Respiro agitada y jadeo, intentando dar unos pasos hacia atrás. Ella se disculpa y comienza a alejarse mientras me ve con confusión, mantengo mis ojos fijos sobre su cuerpo hasta que termina de alejarse por completo y se pierde entre la gente.

¿Qué rayos fue eso?

Camino pesadamente hasta la banca donde me encontraba antes cuando comía helado con Thomas. Respiro hondo y me siento en está mirando hacia donde se encuentra mi hermano jugando con otros niños.

Ashley...

Muerdo mi labio con fuerza, pero sigo mirando hacia el frente.

Ashley...

Voltéate...

— ¡Basta! – tapo mis oídos y cierro mis ojos con fuerza haciéndome una bolita sobre mí misma.

¡¿Qué diablos me pasa?!

Acaricio el cabello de mi hermano lentamente y miro por la ventana del taxi. Suspiro en voz baja mientras lo observo.

Mi destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora