CAPÍTULO 29

898 52 9
                                    


25 de octubre.




— ¿Qué diablos es ese olor?

Salgo del cuarto y hago una mueca al sentir el piso tan helado debajo de mis pies desnudos, quizás debería haberme puesto unas medias. Camino con rapidez hasta la sala de estar siguiendo el aroma que está inundando el aire y me quedo bastante sorprendida al ver a Aarón sacando una cosa del horno, algo con olor a delicioso.

— ¡Sorpresa!

Suelto un grito y me volteo sobresaltada, observó como Thomas tiene una gran sonrisa y parece bastante feliz. Tomo una profunda respiración y exhalo todo ese aire.

— Me has asustado, Thom. No aparezcas así de la nada.

Se escucha una risa detrás de nosotros y me volteo frunciendo el ceño, me acerco a él para darle un manotazo con fuerza.

— ¿Tú le dijiste que me asustara?

— Puede ser...

— Eres un idiota, un cabrón, un hijo de...

— ¡Malas palabras! – chilla Thom y me callo cerrando mis labios con fuerza. Aarón me observa con una gran sonrisa de suficiencia y yo solo ruedo los ojos con molestia.

— Ya, ya. Hagamos el amor y no la guerra, con Thomas estábamos preparando un pastel antes de que él se vaya a la escuela.

— ¿Y por qué...?

— Porque tenemos ganas y también teníamos los ingredientes. Además, somos excelentes chefs ¿o no?

— ¡Sí!

Los miro con ambas cejas alzadas y solo niego con la cabeza, a veces la relación que formaron mi hermano y Aarón se me hace de lo más extraña, él no parece un tipo que se lleve bien con los niños y luego está aquí... Tratando a Thomas como si fuese su propio hermano. Aunque también se me hace un poco tierno. Ellos me obligan a sentarme en la mesa y Thomas me trae un pedazo del pastel, está algo caliente pero delicioso. Relamo mis labios con lentitud terminando de saborearlo y observó a Aarón que se encuentra expectante delante de mí.

— Está rica.

— ¿Solo rica?

— Bien, bien – ruedo los ojos dando otro bocado, trago –. Está muy, muy rica.

— Puedo hacerte otras cosas ricas...

Me atraganto con uno de los pedazos que estaba comiendo y comienzo a toser, la mano de Aarón palmea con algo de fuerza mi espalda y luego de unos minutos la tos cesa. Le doy una mala mirada y estiro mi brazo para darle un golpe en las partes bajas, pero él lo esquiva con facilidad.

¡No puedo creer que haya dicho eso justo frente a mi hermano!

Estos últimos días se me ha estado insinuando más de lo normal, pero no ha pasado nada. Nosotros lo único que compartimos es una casa y una meta, solo eso. Y quizás una que otra vez fluidos, aunque no tendría que volver a pasar, debo aclararlo antes de que siga haciendo o diciendo cosas estúpidas.

Tomo una profunda respiración y le doy una sonrisa tensa, él me la devuelve llena de diversión y malicia para luego empezar a acercarse en mi dirección. Me levanto de golpe y camino con rapidez hacia mi hermano, esquivando al tatuado.

— Vamos, Thom, guardaré un pedazo de pastel y lo llevarás a la escuela. Pero ve a buscar tu mochila.

Él asiente entusiasmado y sale corriendo hacia su habitación, sonrió apenas viéndolo desaparecer y caminó hasta la cocina sintiendo la presencia de Aarón seguirme por detrás. Meto uno de los pedazos en un pequeño tupper y lo tapo, me volteo y me encuentro con un Aarón demasiado cerca de mi espacio vital.

Mi destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora