CAPÍTULO 22

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06 de septiembre.



En mi puta vida volvería a tomar.

Eso me dije al menos unas cien veces desde que me levanté con resaca, aún no había abierto los ojos por completo, ya que la luz que entra por la ventana hace que mi cabeza duela aún más. Me remuevo en la cama y la siento muchísimo más... ¿Cómoda? Las sábanas son suaves y cálidas, como si fueran de alguna tela exótica. Fui consciente de que no es mi cama, pero me da miedo abrir los ojos del todo.

Suspiro con fuerza y me cubro el rostro soltando un quejido.

No me puede doler tanto la cabeza ¿Qué rayos fue lo que pasó anoche?

— Ashley, despiértate.

Oh dios, no, no, no. Esa voz...

No abro mis ojos, sino que llevo mis manos a mi cuerpo con rapidez para tocarlo y ver si todo se encuentra en su lugar. Y no... No estaba en su lugar, solo siento como estoy en ropa interior y quiero soltar un grito cuando una mano toma mi brazo.

— Buenos días, rubiecita.

Y no me queda de otra que abrirlos al final. Lo primero que veo es el techo gris del cuarto donde dormí muy cómoda, tomó una honda respiración y bajo mi vista hasta que me encuentro con esos bonitos ojos grises. Mis labios forman una mueca al verlo tan sonriente, esa sonrisa llena de burla que tanto desprecio. Suelto un suspiro de frustración e intento moverme, pero noto que uno de sus brazos envuelve mi cuerpo semidesnudo.

¿Qué había pasado?

— ¿Qué estás haciendo? – murmuró, tengo la voz ronca y la garganta seca, me duele hasta la punta de los dedos de los pies.

— Verte dormir.

— Lárgate.

— ¿Sabes? Tal vez estabas soñando conmigo. Eso explicaría la saliva.

Limpie con rapidez la comisura de mi boca sintiendo un poco mojado aunque no me importa, le doy un golpe en el hombro apartándome de él.

— ¡Vete!

Aarón suelta una risa, pero niega con la cabeza, incluso me acerca mucho más a su cuerpo. Mantengo mis manos firmes en su pecho para que no avance tanto.

— Aarón – lo amenazó con los dientes apretados, pero él me sonríe de una forma torcida que me hace sentir una especie de cosquilleo en el vientre. Muerdo el interior de mi mejilla esperando que me suelte o se fuera, sin embargo cuando habla sus palabras me hacen casi soltar un grito de rabia.

— Eso no me decías ayer en la noche, aunque... En realidad tú eres la que está en mi cama, Ashley.

Y entonces me levanto de un salto de donde dormíamos, me duele hasta el cabello aunque no me importa una mierda, él suelta una carcajada burlándose de mí y eso me hace tirarle una de sus almohadas con fuerza al rostro. Tomó la sábana que lo tapa y me cubrió con rapidez el cuerpo, aunque dejó al descubierto el suyo y mierda... Él se encuentra como yo ¡Estaba durmiendo en ropa interior!

Y se veía jodidamente caliente así.

Recostado de lado, solo con ese bóxer apretado que marcaba... Todo. Su sonrisa llena de picardía y demasiado arrogante, sabía que él me causaba algo en mis partes bajas e iba a aprovechar lo sexy que era para molestarme. Me volteo más rápido que la velocidad de la luz y me encamino hacia la puerta para irme, pero apenas hago unos cuantos pasos, el cuerpo semidesnudo de Aarón se interpone en mi camino.

Mi destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora