Mi destrucción

CAPITULO 46

Aarón

24 de Marzo del 2018.

- Reservación para Aarón Evans.

La joven chica me da un asentimiento de cabeza mientras sus ojos avellanas me observan atentamente y de una forma demasiado fija, tanto que incomoda pero prefiero no decir nada. Nos guía por el restaurante hasta llegar a una mesa junto a la ventana, mi favorita para variar y al parecer la nueva de Ashley. Ella queda embelesada por la vista.

Ambos nos sentamos, justo uno frente al otro y voltea su cabeza hacia mí, me da una mínima sonrisa y puedo notar claramente que esta tensa. Que tiene miedo y claramente yo también, estoy cagado hasta el culo pero ambos sabemos que debemos actuar lo más normal posible. Deslizo mi mano sobre la mesa para tomar la suya y ella da un pequeño apretón.

- ¿Tu cuando crees que te llame?

- No lo sé, puede ser en cualquier momento. – llevo su mano a mi boca dejando pequeños besos en sus nudillos. – Pero no te preocupes por eso, al menos no ahora. Hoy tenemos nuestra primera cita oficial así que... mejor enfoquémonos en esto.

- Tienes razón. – susurra y asiente, se levanta y la observo alzando las cejas pero ella me sorprende inclinándose sobre la mesa y dejando un beso sobre mis labios.

- Carajo ¿Tu eres mi Ashley?

- Cállate, perro. Ya no te daré más besos entonces.

- ¡No! Como vas a hacer eso tan cruel, no es justo.

Ella suelta una risa y la moza se acerca, pedimos bastante comida porque queremos festejar que todo haya salido perfecto. Demasiado perfecto para mí gusto, aunque si hubo algunos inconvenientes pero ninguno de los que me imagine, quizás era demasiado pesimista.

Ambos hablamos por un largo rato mientras comemos y reímos, la verdad es que Ashley riendo y estando relajada es lo más hermoso del mundo.

En definitiva esta chica me tiene completamente.

¿Y la verdad? Es que ya no me da miedo, ya no pretendo resistirme más a ella. Le doy una gran sonrisa cuando sus ojos se posan sobre mí, atrapándome mientras la observaba fijamente.

- Oye, no me voy a ir a ningún lado si parpadeas.

- Es que...- me hago el que pienso y rasco mi barbilla. – Eres demasiado hermosa, por eso te observo de esa forma.

Ella carraspea y se remueve en su asiento, me da una mirada de advertencia y bebe lentamente de su vino.

- No, no hagas eso.

- ¿Qué cosa? - pregunto con fingida inocencia y me observa entrecerrando los ojos.

- Perro.

- Sigo sin entender porque ese apodo tan...amoroso.

Ella me mira de arriba abajo pero su mirada está llena de un brillo divertido, muerde lentamente su labio antes de contestar y me es inevitable no desconcentrarme ante esa acción.

- Es que yo siempre te vi como un perro, pero no como Calvin. El es dulce bueno.

- Me estas ofendiendo, Black.

- Te encanto incluso hasta cuando te ofendo, así que cállate.

- Cuanta agresividad de tu parte.

Ambos reímos y niego con la cabeza. Es que joder, me siento tan bien junto a ella en este momento. Quiero que esta noche no termine jamás, que podamos pasarla solos y tranquilos. Pero claramente el universo o lo que controle todo esto no quiere que nosotros tengamos una noche tranquila porque mi celular empieza a sonar.