Capítulo Veinte

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—¿De donde eres?— pregunto para romper el silencio. Aunque ya se de donde es.

—De Irlanda, Mullingar exactamente— responde con la vista fija en la carretera —¿y tu?— pregunta, voltea a verme rápidamente y devuelve su vista hacia el frente.

—Holmes Chapel, Chesire.

—Oh, como Harry y Gemma.

—Si.

—¿Ustedes se conocían? Hablo de Harry y tu, él nunca ha hablado de ti— oh, eso duele —Gemma, Harry y tu se parecen un poco físicamente— le diré la verdad.

—Es porque yo soy su hermana— murmuro, rogando para que no me haya escuchado.

—¿Qué? Lo siento, no te escuché— «y mejor así» pienso. ¿Qué le digo? Ah, ya lo sé.

—Que solo soy amiga de su hermana, no tendría que hablar de mi— miento.

—Es cierto. Oye, ¿por qué eres tu la que cuida a los bebés siempre?— pregunta.

—Es que mi hermana trabaja mucho— obviamente le tengo que mentir, no le voy a decir: porque yo soy su madre. ¡Ups! Se nos olvidó la entrevista del empleo. Él ríe, le miro sin entender.

—Es que recordé de que se nos olvidó la revista del empleo de asistente— explica riendo.

—Oh, si— río junto con él. Hace mucho tiempo que dejé de escuchar su hermosa risa.

—¿Para que necesitabas el trabajo?— pregunta cuando su risa cesa.

—Para que mi padre no me siga manteniendo— obviamente no le iba a decir que Marie y Alex son sus hijos.

Estúpido contrato.

No me gusta andar ocultando a mis hijos, me gustaría gritarle a todo el mundo que Marie y Alex son mis hijos e hijos de Niall Horan, pero Gemma me explicó ese estúpido contrato que dice que si alguno de los chicos deja embarazada a una chica, se tendrá que ir de la banda o que no vuelva a ver a esa chica nunca más mientras pertenezca a One Direction.

Obviamente no le voy a decir nada al rubio, porque sé como es él. Él renunciaría a sus sueños solamente para que los bebés no se quedaran sin padre, ese chico tiene un corazón gigante, esa y muchas más razones fueron por las que me enamoré de él, y por esa y más razones todavía sigo perdidamente enamorada de ese chico.

—Ya llegamos— avisa sacándome de mis pensamientos. Apaga el auto y se baja. Abro mi puerta. —oye, yo iba a hacer eso— se queja —cierra la puerta, por favor— pide, lo hago, me abre la puerta y me da su mano para ayudarme a bajarme, la tomo con mi mano disponible, ya que Alex está en mi otro brazo, durmiendo. Awww, este chico es un amor, otra de las razones.

—Gracias— digo con mis mejillas levemente sonrojadas.

—No es nada, princesa— cierra la puerta de su auto, cuando yo ya estoy afuera.

—¿Princesa?— pregunto alzando una ceja.

—¿Princesa?— pregunta, fingiendo confusión —¿qué paso con princesa?— pregunta.

—Tu me dijiste princesa— digo.

—No.

—Si.

—No.

—Si.

—No.

—Si.

—No.

—No.

—Si.

—¡Ajá!— exclamo y sus mejillas se enrojecen —lo admitiste.

—No, yo no admití nada.

—Oh, si, si lo hiciste.

—No, no lo hice.

—Si lo hiciste.

—Pero tu usaste psicología inversa— se queja.

—Si, pero igual lo admitiste.

—Esta bien, lo admito, te dije princesa, es que me recuerdas a alguien.

—¿A quien?— pregunto esperando a que no diga a su ex novia, o sea yo.

—Es que te pareces a la sirenita, ella tiene el cabello rojo al igual que tu— suelta una carcajada —ella es una princesa.

—Idiota— debo admitir que tiene razón, Ariel es una princesa y es peliroja.

—Hey, no te enojes.

—No estoy enojada.

—Ah, si, y yo soy Niall Horan de One Direction.

—Enrealidad si eres Niall Horan de One Direction.

—Ah, si, cierto. Por cierto, ¿a donde vamos?

—No lo sé, tu eres él que nos trajiste aquí.

—Ah, verdad— no sé quién es más tonto, o Harry o Niall.

—¿A donde vamos?

—Los chicos dijeron que íbamos a desayunar en Starbucks, es ese de allí— señala a un local que está enfrente de nosotros.

 Oh no, ese local es en el que yo trabajé, allí trabaja una tía de la familia Styles, y ella sabe toda mi historia, ella sabe que tengo dos hijos del compañero de banda de mi hermano, y sabe que soy una Styles.

—Hola, chicos— saluda Louis.

—Ya nos vimos hoy, Tommo— Niall se sienta en una de las dos sillas disponibles.

—Hola, ¿puedo tomar su orden?— pregunta una empleada, como de unos 39 años. Pero lo único que hace ella es ver su libreta. Los chicos ordenan —¿y usted, señorita?— pregunta, subiendo la vista y viéndome. —¿______?

Mierda.

—¿Tía Jane?— pregunta Harry.

—Oh, hola, Harry— saluda ella.

Se tiñó el cabello de rubio, ella es igual a mi madre... lo siento, a Anne, solo que ahora con el cabello de diferente color no la reconocí. ¿Por qué las hermanas Cox nunca envejecen? Todas son como de 50 años o más y se ven de 39 o 40, lo digo por que la tía Jane tiene 57.

—Hola, tía Jane— saludan Gemma y Harry a la vez.

—Chicos, yo me retiro, ¿lo de siempre, ______?— pregunta y asiento, ella con lo de siempre se refiere a un Cappucino y un pedazo de tarta de Limon, siempre que vengo pido eso.

—¿Cómo conoces a la tía Jane, ______?— pregunta Harry.

—Yo trabajé aquí, Harry.

—Ah, esta bien— asiente.

—Aquí está lo que ustedes ordenaron— dice la tía Jane, deja las ordenes delante de cada uno, pero como somos muchas personas, ella va y viene con dos cosas en cada mano, y las deja delante de sus dueños —¿podrías venir un momento, ______? quiero que veas a alguien— dice asiento, me coloco de pie con Alex en brazos y la sigo.

Allí veo a una figura masculina que se me hace bastante familiar, ese chico se voltea.

—¿Jake?

Harry Styles' Little SisterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora