YAKUZA

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- ¿Qué pasa? - Preguntó Rikako apoyándose en la ventanilla.

- He pinchado el coche de Takeda y no puede competir.

- Tenéis otros seis coches, ¿por qué no cogéis otro? - Sugerí.

Inami se llevo la mano detrás de la cabeza y miró a Takeda mientras decía.

- Porque quedamos con ellos que competiría él con su coche.

- ¿Qué vas a hacer? - Dijo Aida preocupada - Esa gente no tiene buena pinta.

Los Power Ranger, como los hacía llamar Anju, estaban riéndose de Takeda salvo la extraña mujer que estaba con ellos.

La estuve observando un rato. Ella parecía interesada en nosotras, así que se acercó con rapidez.

- ¡Aquí viene! - Le dije a Anju para que se girase, y eso hizo.

- Hicimos un pacto - Habló la mujer con seriedad - Espero que lo cumplas.

A Anju le temblaba la mano derecha y la apoyó en el capó. Por desgracia, la extraña se dio cuenta y aprovechó el momento.

- No me dirás que no lo vas a hacer, ¿eh?

Se pegó a Anju tanto que casi choca con ella.

- ¡Kora, Inami! ¡Hicimos un trato!

- ¡Y lo voy a cumplir! - Intentó defenderse.

- ¡Tu chico está sin coche! ¿Te estás burlando de mí?... ¿¡Ah!?

La mujer dio un empujón a Anju y calló al suelo de espaldas. Eso pilló por sorpresa a todos, pero los amigos de Anju no tuvieron valor para reaccionar, lo que provocó las burlas de los otros pandilleros.

Hice ademán de salir del coche pero Rikako me agarró la rodilla.

- Tienes cinco minutos para hacer que uno de tus chicos mueva su culo hasta la línea de salida, o sino, ya sabes lo que toca - La mujer se dio media vuelta y fue con sus compañeros.

Al fin, Rikako me dejó salir e intenté ayudar a Anju a levantarse.

- ¿Qué le pasa a esa? - Pregunté quitándole la tierra de los pantalones.

- Deja que te de un consejo: nunca te metas en líos.

- Me lo dices un poco tarde.

Rikako y yo llevamos a Anju hasta el coche pinchado. Allí la sentamos en el sitio del copiloto. Pronto, Takeda y los demás de acercaron.

- Senpai - Dijo Takeda - Yo puedo hacerlo, solo necesito...

- ¡No! ¿No recuerdas lo que pasó la última vez cuando te dejé mi coche? - Anju se mostró enfadada.

Rikako la miró con mucha curiosidad.

- Anju, ¿dónde está tu Mazda? - Preguntó.

- Acabó accidentado... lo siniestré hace poco - Contestó Takeda.

- ¡Acabó volcado porque se empeñó en manejar con otro! Por eso él no correrá contra ella - Señaló.

Entonces, examinó con la mirada al resto de su banda, pero todos hicieron caso omiso. No les caía en gracia competir contra ella.

- ¿De qué os asustáis? ¿No os gusta la velocidad? - Dije.

- Ella es... especial - Contestó uno.

- Yo la veo normalita, es más, la veo muy subida.

- Tú no sabes quién es - Dijo Takeda.

A decir verdad, poco me importaba quién fuera, pero, de haber sabido los problemas que me traería, jamás hubiese hecho lo que hice.

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