Algo en común.

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Sin decir nada más corrí hasta mi cama, quité el pijama guardado debajo de la almohada y me lo coloqué con prisa. Tomé mi celular y entusiasmado envié el mensaje esperando la respuesta.

—Aunque no sé qué tan cierto es lo último que dije —susurró Yoongi antes de caer dormido en el sofá.

Apoyé mi cabeza en la almohada sin despegar los ojos de la pantalla del teléfono, esperando ansioso que mis palabras fueran respondidas, pero lamentablemente al cabo de un par de segundos me quedé dormido en el intento.

Al día siguiente la maldita alarma rugió como todas las malditas mañanas y perdón si maldigo, pero... ¿acaso alguien despierta de buen humor cuando son las siete y media en punto y el cielo sigue oscuro? Me revolví entre mis colchas preguntándome a mí mismo si en verdad era tan necesario ir a trabajar el día de hoy. Palpé a mis alrededores y abriendo los ojos noté que mis hijos no estaban junto a mí. Que extraño, pensé.

Me levanté de a poco, busqué mis zapatillas de levantar y refregando mis ojos busqué en dónde podrían encontrarse mis pequeños. Y no fue difícil, tan solo al cruzar la puerta fui espectador de como Seojun pintaba el rostro dormido de mi amigo Yoongi con un tinte de labios mío. Cubrí mi boca para evitar reír, más no lo detuve.

—Papi —susurró una vocecita a un costado.

Bajé la vista y me topé con mi otro bebé Seoeon. Lo sostuve entre mis brazos con delicadeza, él acurrucó su cabeza en mi cuello y yo solo lo llené de besos sabiendo que mi pequeño amanecía gruñoncito.

—Juni está pintando a tu tío —le hablé en una risita buscando su atención.

—Sí —rió junto a mí, mostrándose más lúcido.

—¿Y no le dijiste nada?

—No, así se verá bonito

—¿Bonito? —carcajeé—, ¿piensas que tu tío no lo es?

—No —negó agitando su carita—. Papi es bonito, papi es muy lindo —balbuceó besando una de mis mejillas.

—Tú también lo eres, te amo mucho —ronroneé restregando mi nariz en su cabello.

—Yo más

Separé nuestros rostros para vernos frente a frente. Me gustaba ver a la cara a mis hijos; ver sus ojitos, sus pequeñas narices, sus labios y esas miradas tiernas tan llenas de inocencia. Era conmovedor porque ellos siempre creían fielmente en mis palabras, sé que soy su héroe, yo solo espero estar haciendo bien mi papel.

—Yo te amo más y punto final —sentencié dejando un besito en sus labios.

"Un pequeñito nunca te va a juzgar, ellos solo te escuchan y creen todo lo que les dices"

Sonreí al recordar lo que dijo Chanyeol. Le gustan los niños, le agradaron mis hijos, eso era casi un milagro para mí, ya que siempre que mencionaba a los bebés la mayoría de mujeres u hombres interesados en mí huían sin siquiera aparentarlo. Ellos estaban equivocados, yo lo sé, pero aun así no deja de doler.

—Dile a tu hermano que pare —suspiré bajando a Seoeon de mis brazos—, yo iré a ducharme, ¿sí? Cuiden a su tío Yoongi

—Sí

Avanzó a pasitos hasta el sillón donde Seojun cometía su crimen. Sinceramente pensé que Eon no le diría nada a su hermano y se quedaría riendo junto a él, sin embargo, le quitó el tinte lanzándolo lejos a quien sabe dónde para luego regañarlo.

—No, Junie, no

Seojun se quedó impactado ante la repentina acción de su hermano. Seoeon lo miraba con seriedad, una muy linda.

Mellizos Byun [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora