Mellizos Byun [ChanBaek]

Aléjate.

Y sin dejar terminar a su hermano, el menor colgó con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Yoon Sanha siempre conseguía lo que quería y aunque no era un acosador entrometido, esta era la única manera que él creía que funcionaría y es que si algo le había enseñado la vida era que, si la montaña no iba hacia él, él iría a la montaña.

—Es hora de descubrir todo por mi cuenta, ya que ahora sé que ni Chanyeol ni Jin hyung confían lo suficientemente en mi

El chico guardó su teléfono en el bolso que llevaba y levantando sus cosas apagó las luces para finalmente dejar la sala de ensayos asegurada con llave. Ahora solo le quedaba esperar a su hermano para comenzar a entender la gran confusión que tenía en la cabeza.

—Obtuve la información

Soobin habló. Sanha había contestado su celular en medio de una clase de canto programada por su empresa debido a su ansiado regreso a los escenarios. Se levantó e inclinando la cabeza en son de disculpa abandonó el salón por unos minutos.

—¿Qué averiguaste? —susurró, las paredes eran delgadas y no quería que nadie escuchara su conversación.

—Bueno, su nombre es Byun Baekhyun, trabaja como enfermero, sí, lo que me habías contado

—Okay, ¿y?

—Nada especial, es un simple trabajador público, sin antecedentes penales ni-

—Eso no me interesa —le interrumpió—, solo dame su dirección

—Cállate, mira que ningún bebé mimado como tú me va a venir a dar órdenes, te estoy haciendo el favor de tu vida, así que cierra el pico y escucha —gruñó Soobin por el otro lado de la línea, a lo que Sanha obedeció—. Su dirección te la mandaré a tu teléfono, no se la muestres a nadie, recuerda que todo esto es confidencial

—Lo sé, lo sé, ¿a quién más querría dársela? —refunfuñó cansado.

—De ti ya no sé qué pensar, pero bueno —suspiró el mayor—, solo era eso, no rebusqué demasiado tampoco, solo lo necesario

—¿No tiene nada especial? ¿Un ex presidiario? ¿O un prófugo de la justicia?

—Bueno, no lo sé, pero al menos en sus registros todo está limpio, es solo un simple hombre más habitante de Corea, nada especial

—Ajá, que aburrido —susurró.

—Aunque algo me llamó la atención

—Sí, sí, mándame el mensaje, me tengo que ir, adiós —colgó rápido al verse atrapado escapando de las clases.

Después largas horas entrenando sus cuerdas vocales tuvieron más prácticas, la coreografía era difícil y debía quedar perfecta, al igual que todo lo que hicieran. El menor estaba cansado, no se le daba muy bien el baile ni tampoco el canto, lo que lo frustraba demasiado. Él sabía que cada uno de los miembros tenía sus propios problemas e inseguridades, la presión era demasiada para todos, sin embargo, el no sentirse bueno en algo lo hacía sentir desechable, prescindible y eso le aterraba.