Mellizos Byun [ChanBaek]

No me decepciones.

Abrió la puerta con la peor cara que pudo poner y grande fue su sorpresa al encontrarse con tres personas: un chico alto, de rostro aniñado que lo veía pasmado, otro un poco más bajo de rostro refinado y por último pues...

—Yoongi, lamento tocar, pero no encontraba mis llaves, ¿te desperté?

—Claro que no, Baek, claro que no —contestó mostrándose sereno, pero ardiendo de furia por dentro.

—Lo siento

La conciencia de Yoongi volvía poco a poco a su cerebro, por lo que procesando de mejor manera la información se quedó viendo a los dos desconocidos que yacían de pie del otro lado de la puerta, preguntándose si los había visto antes en algún lugar.

—¿Y ellos? —preguntó extrañado.

—Son amigos de Chanyeol

—¿Y por qué están contigo? Van a ser la nueve de la noche —replicó no muy convencido.

—Es una larga historia, lo siento, si quieres puedes marcharte

—Bueno...eh... pensaba decírtelo, pero —se acercó sutilmente a su oído—, Jimin me corrió de la casa

—¿Otra vez? —exclamó—, pero, ¿cómo?

—Solo sucedió, así que necesito donde quedarme

—Pero... pero...

El silencio gobernó entre todos. Baekhyun estaba agotadísimo para poder quejarse, Yoongi aún cabeceaba de vez en cuando por el sueño mientras que el par de celebridades se miraban sin entender nada. Era incómodo.

—¿Y los bebés? —suspiró rendido el castaño, rompiendo la tensión.

—Durmiendo y para que sepas no generamos ningún desastre, la casa está tal cual como la dejaste —informó con satisfacción.

—Me alegro, una buena noticia al menos —bostezó ingresando al departamento—. Pueden pasar chicos, tomen asiento en el sillón

El pelinegro que vigilaba la puerta se hizo a un lado dejando pasar finalmente a los desconocidos, aún con el pensamiento de que había visto esos rostros en alguna parte, pero no conseguía recordar dónde y es que en su trabajo conocía a tantas personas que su cerebro no podía retener tanta información.

Los chicos una vez dentro tomaron asiento manteniéndose tranquilos y en silencio, la mirada de Yoongi era penetrante, ni siquiera pestañeaba al ver sus rostros casi como si estuviera examinándolos y no era para nada discreto. Al mismo tiempo Baekhyun dejó sus cosas encima de la mesa del comedor para luego dirigirse a la cocina. Estuvo allí dentro unos segundos hasta que asomó su cabeza.

—¿Quieren algo? ¿Un vaso con agua? ¿Refresco? ¿Un té o un café?

—Ya que estás ahí, un café

—Les preguntaba a mis invitados, no a ti holgazán

—Yo aceptaría un café, si quieres puedo ayudarte —indicó Jin con la intención de pararse.

—Si lo vas a ayudar, ¿podrían aprovechar de servir dos tazas? Por favor

—Claro —respondió Jin educadamente.

—Eres un aprovechador

Yoongi con una sonrisa de complacencia se recostó en el sofá donde anteriormente casi se duerme, casi. Cerró sus ojos, cansado, cuidar a ese par de mocosos no era cosa fácil, por lo que estaba agotado, su cuerpo no estaba acostumbrado a moverse tanto.

—Hola —escuchó bajito.

¿Eh? ¿Acaso había escuchado algo? No, debía ser su imaginación.

—Disculpe, no quiero molestarlo, pero-