Mellizos Byun [ChanBaek]

Hola monstruo.

—¿De qué estás hablando? No te conozco

—No lo molestes más

—¿Eh?

—Lo que escuchaste, no lo molestes más

Seungho frunció el ceño y acercándose contestó molesto.

—No me dirás qué hacer

Chanyeol retrocedió un par de pasos, sin embargo, su rostro se mantuvo firme.

—Además no sé ni quién eres, ¿Quién te da el derecho de venir a amenazarme?

—Mira —suspiró el alto, tratando de bajar la tensión—, tampoco te conozco, pero escuché que molestabas a Baekhyun y ya no quiero que lo hagas

—No sé de qué me estás hablando, yo no lo molesto, soy neurólogo, trabajo con él en este hospital —bufó, rodando los ojos—, además no sé qué te crees para venir a hablarme así

—Está bien, lo siento

—Y... ¿Cuál es tu nombre?

El pelinegro permaneció en silencio pensando su respuesta. Tenía muchas ganas de decirle Park Chanyeol fuerte y claro, pero eso sería una imprudencia que no podía permitirse, y no tanto por ser famoso sino por su reputación dentro de ese hospital.

—Lo siento, pero debo marcharme —se inclinó a modo de despedida, dándose la vuelta para abandonar el lugar.

—Te me haces conocido, creo que te he visto en alguna parte —añadió Seungho, dándole vuelta al asunto.

Otra vez se detuvo. Rayos, justo cuando estaba tan cerca de escapar. Se puso nervioso, no quería ser atrapado otra vez en algo que no debería estar haciendo. Si se seguía metiendo en problemas Baekhyun lo mataría, podía imaginarlo.

—No lo creo —habló sin darse vuelta.

—¿Eres amigo de Baekhyun? No me ha contado de ti

Chanyeol pestañeó confundido sin saber cómo interpretar aquella oración. Sentía una especie de molestia injustificada invadirlo y no le gustaba. Ni siquiera conocía al tipo ese, así que no debería estar opinando, aunque esa tarde que escuchó a escondidas la conversación del castaño con su amigo, el tono de voz utilizado para aquella oración fue bastante sugerente y Baek también se mostró un poco hastiado y...

Suspiró. Basta, no estaba bien asumir cosas de las que no estaba seguro.

—Lo siento por mis palabras, adiós

Se dirigió a cualquier puerta que lo llevara a la salida, tenía que salir de allí antes que alguien de verdad lo reconociera. Al llegar a la recepción echó otro vistazo por si encontraba al chico del cual estaba enamorado sin éxito. Abandonó el lugar y se sentó en unos asientos que yacían en la entrada del hospital.

Vio la hora en su reloj que llevaba en su muñeca, cinco y media de la tarde indicaban las manecilllas. Imaginaba que quedaría poco para que el turno de Baekhyun acabara, si mal no recordaba salía a las seis. Se acomodó en la banca y cerró los ojos buscando paz hasta que su teléfono sonó.

—Apuesto a que es Jin, genial —resopló imaginándose lo que venía.

Respiró un par de veces antes de contestar.

—¿Hola?

—Iré directo al punto —inhaló para luego soltar su enfado—. ¿Cómo se te ocurre echar a Sanha como si fuera un perro a la calle?

—Veo que ya te contó todo

—Claro que lo hizo. Esa noche me llamó llorando, no sabía a donde ir, es un maldito niño Chanyeol, estaba asustado —exclamó la voz del mayor del otro lado.