J04K0 (Emiliaco) TERMINADA

Joaquín

- ¿C-cómo me llamaste?

- ¿Joaquín?

- ¿Por qué me llamaste así?

- Lo siento, lo siento. No sabía que no te gustaba tu nombre completo. Aunque la verdad es lindo.

- ¿Mi nombre completo es Joaquín?

- Bueno yo qué se. Eso deberías saberlo tú. Normalmente Joaco es un diminutivo de Joaquín. 

- Es que yo no lo se. 

- ¿Sabes? A veces pareciera que te golpeaste la cabeza y no recuerdas nada del mundo. Eso o que eres un extraterrestre.

- No soy ningún extraterrestre. 

- Entonces la primera opción es más viable. 

- ... 

- Ey Joaco, quita esa cara. Sólo estoy bromeando. No te vuelvo a llamar Joaquín ¿vale?

- Me gusta. No se por qué pero me gusta - susurra bajito, como si le diera vergüenza. 

No tienen que seguir con el tema prque su transporte llega a los pocos segundos. El camino es silencioso aunque no incómodo. Joaco tiene recargada su cabeza en el hombro de Emilio y juega con la mano del mayor, colocándola sobre la suya y comparando sus tamaños. Por su mente se repite una y otra vez el nombre de Joaquín pero por más que lo busca en su base de datos no logra encontrar nada, y sin embargo, siente que debería haber algo. No entiende por qué la voz de Emilio diciendo aquél nombre le hizo sobresaltar ¿pasaría lo mismo si lo dijera cualquier otra persona? ¿Dbería preguntarle a Pancho quién era Joaquín? No, su nombre era J04K0.  Él lo sabía. En cuanto fue encendido fue lo primero que supo. Era un androide, una máquina, era...

- Joaco. Tierra llamando a Joaco. 

- ¿Eh?

- Llegamos. Ven. 

Bajan del automovil y entran al edificio, para entonces ya está oscureciendo. Conforme suben las escaleras, Joaco no quiere entrar a su departamento.

- Me gustó mucho el día de hoy. Fue muy diferente. 

- Estuvo chido, me divertí mucho. Y aprendí sobre pingüinos...y peces.

- Y yo aprendí que hay pingüinos que se comen. 

Ambos se ríen y cuando se dan cuenta ya están frente a la puerta de Joaco. 

- Bueno, entonces nos...

- No. No te vayas, quédate.

- Tengo que avisarle a mi mamá que ya llegué, al menos. Si quieres ahorita regreso.

- Ok. 

- Serviría que para eso me soltaras la mano, si no no me puedo ir.

Ambos chicos bajan la mirada hacia sus manos que en algún punto terminaron entrelazadas. A decir verdad, ninguno de los dos se había dado cuenta, lo cual extraña a Emilio, pues no se siente incómodo con ese acto. 

- Ah, sí sí. 

Sin necesidad de tocar la puerta, ésta se abre y sale del departamento Pancho López. 

- ¿Qué milagro Joaco? ya me habías espantado. Creí que el Mailo te había secuestrado. 

- En realidad sí era su intención Papancho, me lo dijo en la tard...

- Está bromenado señor. Aquí se lo entrego, completito, en una sola pieza. Ya, ya me voy. 

- ¿Por qué te pones nervioso siempre que hablas con Papancho?- pregunta Joaco inocentemente.