Jed Jones a sus 16 años siempre anda con el ceño fruncido, las manos en los bolsillos y su infaltable caja de Malboros. Lleva años enamorado de la perfecta Amanda Green, el problema a todo eso es que Edd Jones, su gemelo, sale con ella, porque de lo...
"LA ENVIDIA ES EL ARTE DE FIJARSE EN EL OTRO Y OLVIDARSE DE UNO MISMO."
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Hay muchos puntos en esta historia. Muchos momentos en los que comenzar a contarla. Sin embargo al mirar hacia atrás no dejo de pensar en el bebedero junto a la ventana de la oficina de administración, la taza de plástico roja colgada de una soga deshilachada y el momento exacto en el que Amanda Green levantó la taza con una mueca de asco en sus labios.
Por que sí, a los 16 todas las historias empiezan y terminan con una chica.
Amanda Green era esa clase de chica que nace para que se escriban historias sobre ella.
Llevaba el cabello rubio siempre revuelto en todas direcciones dándole aquel aspecto de niña rebelde que acompañaba a la mueca que hacía al apretar los labios cuando intentaba contener una sonrisa.
Siempre pensé que podía ser la doble Nathaly Dorman, ya saben, la chica sexy de la barbilla puntiagudo y los ojos jodidamente grandes como dos monedas azules.
Amanda Green era Hermosa y me enamoré de ella apenas verla en nuestro primer día de jardín de niños.
Todo bien hasta ahí, perfecto momento de chico heterosexual conoce chica heterosexual, ya saben, suenan campanillas doradas en tu cabeza y la briza de otoño parece arrastrar purpurina, todo se tiñe de sepia y en fin…
El problema con Amanda era Edd.
Edd, mi mejor amigo.
Edd, el novio de Amanda.
Edd, el chico sexy de la escuela.
Edd, el capitán del equipo.
Edd, el que conseguía las novias más guapa.
Edd el que en esos momentos se encontraba en la sala de emergencias por un golpe en la muñeca que lo ha dejado tumbado en el campo.
Dijeron que se había fracturado. En ese momento pensé que era estúpido ¿saben? ni siquiera estaban en un partido. Era una practica. Nada de otro mundo, pero Edd tenía ese talento, hacer de todo un gran show donde él era el protagonista.
Recuerdo las bancas frías del hospital y el maldito olor que me revolvía el estómago. Odio los hospitales, los he odiado toda la vida.
Por entonces Edd y yo no estábamos en los mejores términos, al menos desde que empezó a salir con Amanda y de eso hacía ya más de un año.
