UNA PARTE DE MI
—Si muero puedes quedarte con mi novia. —Dijo mi hermano. —Ed. Jr necesitará una madre.
Edd llevaba más de media hs bromeando sobre su posible muerte. Mis padres se habían ido a firmar algunos papeles por la operación. Formalidades así que estábamos sólo él y yo.
—¿Cómo puedes tomarlo a gracia?—Le dije molesto. ¿Cómo podia tomarse a gracia todo? ¿Acaso no veía que estábamos sufriendo? ¿Cómo podía ser tan egoísta? Mi reacción pareció enfurecerlo y por primera vez desde que había empezado toda esta mierda lo vi dejar de sonreír.
—Tengo miedo jed. Tengo miedo de morir. —Me confesó con sus ojos verde pálido completamente aguados. —Pero no quiero que los sepan. Voy a morir haga lo que haga, pero si verme vomitar los últimos meses de mi vida es lo que quieren, está bien. Pero deja de gritarme porque el que se muere soy yo. ¡Maldita sea! Deja que bromee con mi muerte porque no tienes la menor idea de...— Se levantó de la cama y comenzó a golpear y patear todo. —¡toda esta mierda! —Dijo y lo vi llorar frente a mi. Toda aquella calma que llevaba meses fingiendo se había ido al demonio en pocos segundos. —No quiero perder la maldita pierna. No quiero. ¿Crees que Mandy está conmigo porque me quiere? Estoy seguro de que no ¡joder! Tuve que terminarla y fui horrible con ella porque no puedo dejar que esté atada a un cadáver. Soy un cadáver...Jedd...Soy un cadáver.-Lloró.
—Basta. Vas a lastimarte. No eres un cadáver. —Conseguí sujetarlo en cuanto lo vi tambalear y lo abracé—Eres parte de mi Edd. Eres una parte de mí.
Ese era nuestro mantra de niños. Nuestro código de hermanos y era verdad, él era una parte de mi y yo una parte de él, juntos éramos un todo y verlo sufrir me estaba destrozando tanto como a él.
—Quisiera haber sido yo. —Admití.
Edd no respondió.
Se quedó llorando en mi hombro hasta que vinieron los doctores a llevárselo para prepararlo para la cirugía, mis padres estaban en la sala de espera, lo acompañamos todo lo que pudimos hasta que nos mandaron fuera. Entonces me fui. No podía quedarme.
Solo no podia.
No sé como demonios llegué hasta el apartamento de Romeo pero ahí estaba, las ultimas horas habían sido una maldita sumatoria de emociones y me sentía desbordado. Malditamente desbordado, las manos me temblaban tanto que ni siquiera sé cómo conseguí llamar a la puerta, pero en cuanto Romeo abrió lo empujé dentro y lo besé.
—¿Jed?—Romeo intento hablar pero no lo dejé. Me aferré a él y lo besé con ganas. Rogando que no me rechazara. Era un beso cagado de necesidad, cargado de dolor. Siento que me duele cada maldita parte del cuerpo en estos momentos. Romeo intentó separarse de mi un par de veces pero lo único que conseguía con hablar era que profundizara el beso. Lo muerdo para que se calle y dejó que mis manos recorran su cuerpo.
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Una parte de mi (Gay)
Teen FictionJed Jones a sus 16 años siempre anda con el ceño fruncido, las manos en los bolsillos y su infaltable caja de Malboros. Lleva años enamorado de la perfecta Amanda Green, el problema a todo eso es que Edd Jones, su gemelo, sale con ella, porque de lo...