Voltee a mirarlo y vi que estaba pálido pero ya no pude contestarle porque en ese momento me desmaye.
Cuando desperté, desperté gritando no sé si de miedo o desesperación
-Tranquila, todo está bien -dijo Santiago mientras agarraba mi mano
-Mi mamá ¿dónde está mi mamá? -dije desesperada
-Está muerta -dijo Acoalt
-No, no está muerta, yo la vi anoche
-No, lo que viste fue su espíritu
-¿Su espíritu?
-Sí, su espíritu
-¿Entonces por qué la ataco?
–pregunto Santiago-No lo sé, ella pudo matarla en ese momento pero no lo hizo supongo que de cierta manera te reconoció
-¿Pero porque, cómo? -le pregunte confundida
-Ella fue asesinada injustamente al igual que sus hijos así que no va a descansar en paz hasta que se le haga justicia
Término de decir eso y enseguida entro mi nana con comida
-Te traje esto para que comas mi niña
Puso la charola con comida sobre mis piernas pero no tenía ganas de nada mucho menos de comer
-No tengo hambre nana, gracias
-Debes comer, por favor mi niña
-No nana, me siento mal
-Tu nana tiene razón -dijo Santiago
-No, no quiero
Todos me insistieron para que comiera y para darles gusto tome un poco jugo y comí un poco de fruta, trate de levantarme pero me sentí muy mareada y me tuve que acostar de nuevo. Santiago y mi nana se la pasaron todo el día cuidándome ya que me dio un poco de fiebre y me la pasaba dormida
-Tengo mucho frio -le dije a Santiago mientras jalaba la manta
-Debe de ser por la fiebre, pero no te cubras o se elevara más -dijo mientras me quitaba una cobija de encima
-¿Te acuestas conmigo? -le pregunte mientras le hacía un espacio en la cama
-No creo que sea lo conveniente, hay que esperar a que se te baje la temperatura
-Por favor -le rogué
-Está bien -dijo mientras se acomodaba a lado mío y me abrazaba
-Gracias por todo -le dije mientras me acurrucaba en su pecho
-No me tienes que agradecer
Y después de un rato sentí como beso mi cabeza
-Te amo - me dijo en un susurro
-Yo también te amo -le dije con la poca energía que me quedaba
Desperté hasta el siguiente día por la tarde y ya me sentía mucho mejor, me levante, me di un baño, me cambie y cuando llegue mi nana ya estaba en mi cama con comida
-Come mi niña
-Si nana, gracias -dije mientras me sentaba a comer y ella solo me miraba, entonces le ofrecí que comiera conmigo-. ¿Quieres nana?
-Oh no mi niña, yo ya comí
-Vale. ¿Y Santiago dónde está?
-Está afuera con Acoalt, no se ha movido de aquí desde ayer, ese muchacho te quiere mucho
ESTÁS LEYENDO
La última princesa azteca
Historical FictionLa historia de una chica que luchará por su libertad y la de su país.