-¡Es una emboscada! -grite y vi que el ejército español venía hacia nosotros
Mi ejercito empezó a disparar también y acertadamente, Santiago resulto ser buen maestro al enseñarnos a usar las armas de fuego, luchamos pero empezábamos a perder, las flechas no dejaban de caer sobre nosotros, necesitaba saber de dónde venían las flechas así que comencé a buscar a los arqueros con desesperación pero no lograba ubicarlos, hasta que vi a uno que se movió entre las ramas de los árboles, le apunte con mi arco en el pecho y cayó muerto, vi los demás árboles y ahí estaban todos
-Están en los arboles -les grite a mis arqueros mientras los señalaba, ellos asintieron y empezaron a disparar
Al terminar con ellos la pelea se tornó a nuestro favor, un joven soldado me ataco y luchamos, tome una lanza que estaba tirada en el suelo y se la enterré, cuando la estaba sacando de él, volteé y vi que otro venía a enterrarme una lanza por la espalda, pero antes de que se me acercara cayó muerto, Acoalt le había lanzado una flecha y lo mato al instante
-¿Princesa estas bien?
-Sí, estoy bien pero ¿has visto a Santiago?
-No, no lo he visto
-Lo voy a buscar -dije y corrí a buscarlo
-Ten cuidado
Mientras buscaba con desesperación a Santiago, luchaba con quien me atacaba o ayudaba a alguno de mis soldados a zafarse de los soldados españoles, cada que mataba a un enemigo alzaba la mirada para buscar a Santiago, hasta que por fin lo encontré, luchaba contra el capitán español, lo reconocía porque vestía diferente a los demás soldados y tanto tiempo viviendo con Cortés sabía distinguir cada uniforme de cada rango en su ejército. Me fui abriendo paso para llegar hasta a ellos y cuando estuve a uno cuantos metros de mi esposo alguien me derribo. La lanza que traía en la mano y el escudo salieron volando, me enderece y me dio una patada en la boca provocando que mi nariz sangrara, me lévate rápidamente y vi que se trataba de una mujer, en mi ejército había muchas mujeres pero esta era la primer mujer que veía por lado de los españoles, se me vino encima pero la esquive, le di una patada en el estómago y luego un puñetazo en la nariz, cuando cayó trato de defenderse pero fue inútil, me quite el arco y le encaje la punta en el pecho provocándole la muerte.
Limpie la sangre de mi nariz con la mano y empecé a respirar fuertemente para recobrar el aliento, entonces escuche una detonación muy cerca de mí, volteé a ver en dirección a Santiago y vi lo que más me temía, Santiago caía al suelo, mientras aquel hombre tenía un arma en la mano
-¡NOO! -grite
Le dispare una flecha en la mano para que soltara el arma, la segunda flecha que solté fue directo a su pecho. Corrí hasta donde estaba mi esposo, solté el arco por un lado y comencé a hablarle
- ¡Santiago, Santiago!
-Hola amor -dijo tratando de poner una sonrisa
-Estarás bien, estarás bien -dije mientras ponía la mano en su pecho ensangrentado-, seguramente no es tan profundo, pronto sanará
-Amor, eres lo mejor que me ha pasado en la vida
-No te despidas, no hagas eso, por favor no, estarás bien Santi. Saldrás de esto
-Mi princesa, eres lo mejor que me pudo pasar en la vida pero…
-Santi por favor –dije llorando-, no me dejes. Prometimos a mi nana que regresaríamos y que tendríamos a nuestros hijos, no puedes romper esa promesa
-Lo lamento mucho mi amor por no poder cumplir mi promesa
-No, no me dejes, no me dejes sola, te lo prohíbo -lloraba
-Jamás voy a dejarte, estaré contigo siempre
-San…
-¿Me das un beso?
Yo me agache tome su cara entre mis manos y lo bese
-Te amo
-Yo también te amo -le conteste
Me sonrió levemente y después de un suspiro cerro los ojos
-¿Santi?, mi amor –lo moví-. ¿Santiago?, despierta, no me dejes, ¡despierta! -le gritaba llorando-. Por favor despierta, no puedes dejarme, ¡despierta! Por favor
Lo agarre y lo pegue a mi pecho y grite, sentía que me habían sacado el corazón y una manda de lobos se lo comía poco a poco
-No por favor, por favor, despierta
Lloraba como loca hasta que la risa de aquel maldito hombre me hizo reaccionar, puse el cuerpo inerte de mi esposo en el suelo, tome una lanza que estaba a un lado mío y me levante, camine hasta el, tenía la flecha en el pecho y estaba agonizando pero se reía, gozaba de lo que había provocado
-Eres un bastardo, hijo de perra, mira lo que has echo y aun tienes las agallas de reírte
-Mi señor Cortés te manda saludos
-¡Eres un maldito bastardo! -dije mientras clavaba la lanza en su pecho
Clave dos veces más la lanza en él, su sangre salpicaba mis pies, y en un acto de locura le saque el corazón, lo arroje lejos y me limpie su sangre en su ropa, reaccione hasta alguien me agarro del brazo
-Ya basta -dijo Acoalt con la voz quebrada
Volteé y la pelea había terminado, ganamos pero en esa ocasión nadie celebro, avente la lanza y corrí hacia mi esposo
-¿Santiago?, levántate, ¡levántate! -le gritaba, estaba totalmente enloquecida.- ¡Acoalt sálvalo, sálvalo! Debe solo estar desmayado, debemos atenderlo pronto
Acoalt se acercó, tomó su pulso, luego me miró y negó con la cabeza
-No, no, no ¡NO! -grite
Hacia todo lo que podía para tratar de despertarlo mientras que Acoalt lloraba por un lado de mi y me miraba con tristeza, me agache hasta el cuello de Santiago y lo abrace
-No puedo vivir sin ti, abre los ojos por favor -le suplique en un susurro, me enderece y empecé a gritarles a los que estaban a mi alrededor que lo salvaran, pero nadie se movía solo lloraban y me miraban
-Ven aquí linda -dijo Acoalt mientras me ponía de pie y me abrazaba
-No puede estar muerto Acoalt, no puede estar muerto -Tres hombres se acercaron y cargaron a Santiago-. ¿A dónde lo llevan?
-Al templo -contesto Acoalt
![](https://img.wattpad.com/cover/195476001-288-k264751.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La última princesa azteca
Historical FictionLa historia de una chica que luchará por su libertad y la de su país.