Capítulo 10

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-Sí, si me quiero casar contigo -dije al fin

Me agache y lo bese, me sentía tan inmensamente feliz, me iba a casar con el hombre de mis sueños. Después de ese bello momento levantamos todas las cosas para regresar al pueblo y enseguida busque a mi nana para darle la gran noticia, ella estaba platicando con Acoalt y otras personas.

-¡Nana, nana! -le grite

-¿Que pasa mi niña? -dijo alarmada

-Me voy a casar

-¿Qué? -dijo asombrada

-Si nana, Santiago me pidió matrimonio -dije mientras la tomaba de la mano

-Mi niña, no lo puedo creer, me da mucho gusto -dijo mientras me abrazaba

-Muchas felicidades -dijo Acoalt

-La princesa se va a casar -dijo una de las señoras muy emocionadas

-Sí, no lo puedo creer,  hay que arreglar todo -le dijo otra

-¿Y cuándo se piensan casar? -dijo Acoalt

-Aun no lo sabemos -dijo Santiago

-¿Qué les parece...en tres días? -dijo Acoalt

-¿Tres días, enserio? –pregunte asombrada era muy pronto 

-Por supuesto, todo estará listo y será digno de una princesa

-¿Tú que piensas Santi?

-Por mi está bien -dijo sonriendo

-Bien será en tres días entonces

-Vamos, vamos mujer tenemos mucho trabajo -le dijo la mujer a la otra mientras la empujaba

-Sí, todo debe ser perfecto -les dijo mi nana y se fue con ellas

Los siguientes tres días todos se enfocaron en la boda, se sentían muy contentos, supongo que después de tanta tragedia y dolor se sentían bien al saber que algo bueno iba a pasar, la señora que hacia la ropa me tomo medidas para hace mi vestido de novia y otra arreglaba  los penachos que usaríamos Santiago y yo, al fin y al cabo él se convertiría en príncipe y necesitaba llevar accesorios que lo demostraran al igual que yo, al terminar salí de su taller de la señora y vi que algunos hombres ponían antorchas dejando un pasillo, arreglaron con flores enfrente, en donde Santiago  y yo estaríamos para casarnos

-Mi niña, ¿qué haces aquí? -dijo mi nana

-Solo estaba viendo lo que hacían nana

-Bien, es hora de que te vayas a dormir, necesitas estar descansada para mañana

-Sí, creo que si

-Anda, anda ya vete -dijo riendo

-Sí, señora -le dije y le di un beso en la mejilla

Me fui a mi cuarto y encontré a Santiago sentado mirando el piso

-Hola -dije mientras me sentaba a su lado 

-Hola -alzo la mirada 

-¿Que tienes?

-Nada

-Te conozco bien, dime ¿qué tienes?

-Nada enserio, solo estoy un poco nervioso por la boda

-¿Quieres que la pospongamos? No tengo inconveniente sé que fue muy pronto todo esto

-No, estoy bien, solo son nervios -dijo con una sonrisa

-Está bien, ven vamos a dormir estoy muy cansada

La última princesa azteca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora