MAYRA PUSINERI

8 3 0
                                    

Quién diría q la vida te puede cambiar en una sola noche. Por lo menos, eso es lo q pienso yo.

Me llamo Mayra Pusineri y te voy a explicar unos cuantos datos personales. Vivo en Buenos Aires, y tengo 22 años, pero cuando sucedió "el encuentro", mi vida cambió por completo.

Flashback hace 3 meses atrás

Anteriormente vivía con mis abuelos, y estudiaba medicina en la universidad Torcuato di Tella. Cómo sabrán, la carrera de medicina es bastante cara, y mis abuelos no podían pagarla. Así q trabajaba en turnos extras como enfermera en una clínica los miércoles por la noche. Hacía lo posible para poder pagar mi carrera.

Ahora estoy en clase de anatomía, la clase de hoy trata de las funciones de los riñones. Precisamente hoy era jueves por la mañana, y anoche estuve muy ocupada, limpiando los implementos q se usaron en una cirugía q hizo el doctor. A un sujeto le rompieron el cráneo con un garrote y tuvo una ruptura en el lóbulo parietal. Auch, vaya q le debió doler.

En unos instantes me empezé a quedar dormida, pero fui despertada por la campana q indicaba el fin de la jornada. Tenía q caminar hasta mi casa, merendar y ponerme a estudiar para un examen del otro día.

Me estaba dirigiendo a la salida, cuando recibí una palmada en la espalda. Era mi amigo, Eduardo.

E: Qué contás, Mayrita. Todo bien??

M: Ah, sí, Eddi.

E: Te puedo acompañar hasta tu casa?

M: Vale. Por qué no?

Salimos de la fraternidad de medicina y caminamos hasta mi casa. Por suerte, vivo a unas pocas cuadras, frente al famoso estadio El Monumental del River, mi equipo favorito.

E: Ole, te ví cabeceando en la clase. Pasaste buena noche??

M: Pues, como vos sabés, tengo turnos de enfermería en la clínica.

E: Claro. Ah, se me olvidaba. Será q hoy por la tarde nos conectamos por videollamada para estudiar?? Acordate que el examen va a estar bien duro.

M: Mmm, pues no le veo problema. A las 7 nos conectamos. Vale??

E: Pues vale.

6: 55 de la tarde, casa de Mayra.

Después de darme una buena comida, canelones de acelga de mi abuela Victoria, me senté en la sala del comedor con mi libro de anatomía y mi computadora, a esperar a mi compañero de estudio.

En eso pasa mi abuelo Manuel, leyendo el periódico.

AM: Qué estás esperando, mija?

M: A un amigo con el q voy a estudiar.

AM: Es ese Enrique??

En eso mi abuela lo regaña desde la cocina.

V: Eduardo, señor. Eduardo. Q no se le vuelva a olvidar.

Me río y enciendo la computadora. Mi abuelo se sube a su habitación cantando un tango y yo me meto en la aplicación de Skype.

V: Oye, Mai. Vos no has pensado declararte a Eduardo??

M: Ayy, abuela. Cómo se le ocurre eso??

V: Sólo digo. Es q se ven así, tan juntos, q aparentan ser algo más que amigos. 

M: Oye!! No vuelvas a molestar con eso, por favor. Y porfa podrías irte, q la videollamada ya va a empezar.

V: Ya, mija.

LEGIÓN SANGUIS- LA BÚSQUEDA DE LOS ELEGIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora