DE REGRESO A CASA

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Conducimos algunas horas, por caminos secretos para evitar ser encontrados por la ley. Aparte de eso, por motivos de seguridad, Jack traía un artefacto en forma de disco con un botón negro en el centro y lo puso encima del camión para hacernos invisibles tanto físicamente como en los radares enemigos.  No discutí mucho con él, para no despertar problemas en el grupo, pues respetaba los conocimientos de mi hermano.

Yo iba de copiloto, mi hermano conducía. Los demás habían decidido quedarse callados, posiblemente para escuchar nuestras conversaciones.

P: Jack, algo que no entiendo es por qué Yin iría a Montpellier. Tiene mejores cosas que hacer en el Universo Cero. 

JA: Hermano,  no creo que te interese. No es asunto tuyo. Yo conozco a ese par más de lo que crees.

Me quedo pensando unos segundos, hasta que luego me pongo un poco bromista, pues hace rato que no lo era:

P: Ahhh, por supuesto. Claro, no los voy a molestar.

JA: ¿A qué te refieres?

P: Por favor, tú ya sabes.

JA ( tono de enfado): No, no lo sé. ¿¿Me puedes explicar??

Mejor pienso lo que voy a decir. No quiero iniciar una pelea con alguien con quien me acabo de reencontrar hoy. Apenas iba a pronunciar una sílaba, Jack replica:

JA: Okey, te explicaré. Estaba de viaje de negocios por Europa, y uno de tus amigos me robó los pasaportes para ir a Portland. Tuve que hacer un vuelo de conexión de Gibraltar a Madrid, de Madrid a Montpellier, y de allí a la capital, para tomar un avión rumbo a América. Justo cuando estaba tomando el desayuno tranquilamente en el aeropuerto una mujer entre la multitud de vestido blanco y cabello negro y largo se sentó y comenzó a charlar conmigo como si nada. Me dijo que yo debía saber quien era; le respondí que sí y le pregunté qué quería. En palabras exactas me dijo: "Tu hermano está en peligro. Debes ir a apoyarlo, pues la profecía está por cumplirse". Le dije que él no quería saber nada de mí, y le recordé nuestras peleas en el pasado. Hasta que finalmente logró convencerme. 

P: ¿¿No querías venir a salvarme?? Qué mal hermano eres.

JA (enojado): ¿¿Con qué derecho lo dices tú?? ( vuelve a un tono normal ) En fin, luego de eso, le pregunté cómo estaba. Extrañamente me dijo que desearía que yo estuviera en el Universo Cero sin necesidad de morir, sólo que a Yang no le caigo bien.

P: Como yo lo veo, a Yan no le agrada nadie. Pero por el otro lado, veo que Yin te ha cogido cariño. Y conozco que cuando una mujer te demuestra su cariño, tú caes como perro a sus pies. Como tu novia de Shadowville. Tienes suerte de que una diosa se enamore de ti, para que de su unión salga un semidios.

Pensé que eso último lo iba a hacer enfadar, pero se rió.

JA: Sí, veo que le gusto en cierto modo. Pero he tratado de convencerme de que debo esperar el momento ideal para hacerlo. No quiero apresurarme a cometer un error y que Yang me convierta en cenizas. 

Por fin una charla de hermanos normal. Bueno, si es que los dioses cósmicos fueran cosas normales. Mas bien, tuvimos una charla estilo Clinton.

JA: ¿Y qué es lo que le dirás a Sarah cuando la encontremos?

P: En eso he estado pensando. Le diría que me perdone por no ser sincero con ella. Y si salimos de esta batalla con vida, pasaremos un par de meses juntos, y luego le pediré que sea mi esposa.

JA: Me parece bien. Te propongo algo: si tú lo haces, yo también lo hago con Yin.

P: Uyyy ok. Trato hecho, aunque ver embarazada a una diosa y corriendo tras tu hijo para limpiarle el trasero me da un poco de risa.

LEGIÓN SANGUIS- LA BÚSQUEDA DE LOS ELEGIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora