HORA DE AJUSTAR CUENTAS: 1

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Tenemos todo preparado. Ya cada elegido tiene su mochila con las armas que mi hermano amablemente nos prestó. Esta noche se define este asunto.

Este era el destino que nos tocaba a cada uno. Todos perdimos personas en el camino, personas que marcaron un antes y un después en nuestras vidas. Y esos sucesos fueron menester para el origen de la alianza entre todos los Elegidos, personas que tenían una vida común y corriente hasta que a todos nos llegó la hora de enfrentar nuestros miedos al conocer a los Sanguis.

Todavía se me vienen a la cabeza imágenes sobre mi pasado. Cuando era un simple hombre, engañado por esa mujer a la que amé sin darme cuenta de quien era realmente. Pero de esos errores aprendí cosas muy valiosas, que hasta ahora apenas entiendo. No dejarme vencer fácilmente por lo que me digan los demás y aprender a ser más solidario con los demás eran un par de aquellas lecciones que fueron de mucha utilidad para mi vida.

Narra Joe:

Veo que Philip está bastante presionado con este asunto. Cuando hablé con él hace un par de minutos, algo en su rostro me hizo sospechar que posiblemente ninguna de esas cosas que comentamos sobre el futuro iban a pasar.

No era por ser un tipo demasiado pesimista, pero lo que dije cuando estábamos todos reunidos en las bancas hizo que Philip se sintiera bastante preocupado. O al menos eso es lo que veía yo. Siempre lo había visto como un hombre impetuoso, decidido y seguro en lo que hacía, hasta que se le ocurrió la genial idea de volver a la ciudad para reclutar un superviviente de la masacre en la fiscalía hace ya unos días. Y algo me dice también que ese tal Brighton no va a detenerse hasta encontrarnos y deshacerse de nosotros.

Tal vez lo que también le preocupaba a Philip era eso del hechizo de la "inmortalidad", pues si la justicia daba con nuestra ubicación, ya sería demasiado pelear contra Pesadilla y el ejército, y posiblemente contra ese tal Yowie, en el extraño caso de que nos traicione. Y si el ejército se deshace de nosotros, Philip se sentiría miserable por ser el único en pie.

En fin, debería meditar bien sobre mi futuro. Si salimos de vida de esto ¿qué nos salvaría de seguir siendo perseguidos por la ley? Seguiríamos siendo criminales ante los ojos del mundo, y no podríamos hacer nada para evitarlo.

Narra Jack:

Empezamos a andar por las calles de nuestro pueblo, tratando de no despertar sospechas entre la gente del lugar. Pasamos por una cancha de fútbol, donde una vez me encontré a Yowie tratando de acercarse a mi hermano y me distraje, causando la derrota de mi equipo de fútbol al fallar el penal que se me había otorgado para empatar el juego y tratar de ganar la final.

Ese día no quise dirigirle la palabra a nadie. Y las cosas empeoraron en el camino a casa, pues me tomó por sorpresa un temporal espantoso y Yowie me causó tremendo susto cuando trataba de llegar a mi destino. Me metí por el bosque para evadir su presencia, pero era imposible. Al final el maldito conejo que acompañaba a Yowie me brincó en la cara y causó que me resbalara, cayera por una pequeña colina y me dislocara el codo al caer contra unas rocas.

Al otro día el entrenador del equipo me dijo que me perdería la próxima temporada y que ya tenía un reemplazo que había venido de Inglaterra y era mucho mejor que yo. Por culpa de ese monstruo perdí lo más importante que era para mí en esa época, que era el sueño de ser un futbolista famoso reconocido a nivel mundial. Suerte que mi madre me decía que los deportistas son unos muertos de hambre, y que si se lesionan, alguien mejor que ellos tomaría su lugar. Aparte de eso, empecé a tener otros gustos, en la universidad entré a ingeniería robótica y le perdí el gusto al deporte.

Pero ahora me estoy enfocando en la misión, en lo que verdaderamente importaba. Preocupado por las cosas que posiblemente podrían cumplirse.

Narra Philip:

LEGIÓN SANGUIS- LA BÚSQUEDA DE LOS ELEGIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora