Lo Que Amo y Temo

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—Oye, Emma.

—¿si?

—Si algún día llego a desaparecer, ¿aun seguirias confiando en mi?

El viento de la costas marinas se había hecho presente, las olas chocaban con fuerza, a lo lejos en el horizonte se veía el llegar de una tormenta. De la nada ya no todo estaba bien.

—¿por que preguntas eso?— pregunto la pelirroja con una risa nerviosa al no entender las palabras del azabache.

—Solo responde— pidió con la seriedad de siempre mirando la extensión de agua marina.

—... Sin importar que, siempre confiare en ti.

El azabache soltó un suspiro al escuchar tales palabras, como si se hubiera quitado un peso de encima.

—¿Promesa?

—Promesa. 

Emma se acercó dejándose abrazar por Ray quien dejaba su cabeza entre  el hombro y el cuello de la pelirroja, aspirando su aroma como para nunca olvidarlo. Las palabras dichas en aquel momento fueron un sello de confianza, ignorando la completa carga del azabache. Fue feliz por un tiempo, hasta que ese día llego.

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Le dolía, no, no era un simple dolor, le dolía tanto que se le hacia imposible mantenerse sentada en la cama. Reviso que se encontraba en su habitación, las cortinas abiertas dejando entrar la luz del sol, no le agradaba mucho eso.

El crujir de la puerta siendo abierta le causo un sobresalto a Emma quien se encontró con los orbes azules de Norman.

—Que bien que despiertas. ¿Cómo te sientes?—se había acercado a ella sentándose a la orilla de la cama.

—Aun me duele— respondió con incomodidad ante las ligeras pulsadas de dolor que sentía al moverse.

—¿Qué fue lo que paso?— se atrevió a preguntar ganando una expresión de sorpresa de Emma, que solo duró unos cuantos segundos.— de lo que estoy seguro es que fue alguien de Grace.

Hubo un silencio, el mismo que normalmente suele aparecer cuando ellos dos hablan.

—Oliver— soltó sin darse cuenta. A los segundos se arrepintió de lo que había dicho.

Norman solo se tiro en la cama cubriendo sus ojos con su antebrazo soltando un bufido.

—Dame una razón para no salir de la casa e ir a "hablar" con el.

Eso no se lo esperaba.

—No hace falta que hagas nada. No es nece-

—¡¿Como que no es nada?! ¡¿Ya viste como te dejo?!— se puso de pie preguntando con obviedad ante los golpes que había recibido Emma. Simplemente no entendía a esa chica.

—Norman no tienes que hacer nada. Eso no cambiara las cosas ¿entiendes? No quiero hacer un lío por esto— respondió sin hacer expresión alguna, solo se cruzo de brazos y miro con dirección a la ventana.— además, no te tienes por que preocupar por alguien a quien ni si quiera conoce.

No entendía el por que, pero la veía tan vacía, tan sola. Ahora comprende un poco las preocupaciones de Ray, no sólo era para protegerla de Isabella o de los demas, era por que ella nunca había recibido amor, nunca había tenido la protección de alguien y cuando la tiene siempre termina muriendo esa persona. Loveless era su alias. Por impulso se acercó a Emma y sin esperar respuestas alguna simplemente la abrazo, esta no se movía solo se dejaba abrazar.

Nacida Siendo Una Loveless [TPN. Noremma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora