Unos minutos más

900 104 48
                                    

Sus gritos son insaciables, el sonido del látigo siendo estampado contra la piel femenina lo convierte en la melodía más escalofriante y sádica que haya alguien escuchado alguna vez.

Su espalda sangra, las aberturas de las heridas escurren las gotas de líquido carmesí, rodeadas de un tono morado y verde. Sus cabellos están más enmarañados y en mal estado, e incluso su olor corporal causaría repugnancia a  cualquiera que se acercara. Ella misma se siente un asco.

Anna extiende su mano derecha, Hayato le da a la rubia una botella de alcohol, dejando que el liquido corra por toda la espalda de la pelirroja encadena y desnuda. Grita de dolor, ardor, enojo y de tristeza. Esta apunto de desmayarse como normalmente le ocurre, ya sea por el exceso de dolor o por no haber comido en quizás días. El tiempo en aquellas cuatro frías paredes metálicas se le hecho incontable y sobre todo eterno. Tal vez hayan pasado días o semanas, ni ella lo sabe, pero todo es lo mismo, cada día le llega un nuevo castigo por pecados jamas cometidos, por amores nunca correspondidos y por llantos jamas detenidos.

Sale de su trance cuando escucha a Anna acercarse y jalar de sus cabellos hacia atrás, alcanzando apenas a soltar un audible quejido por el movimiento. La rubia sonríe, pero de un momento a otro esa sonrisa se borra y hace una expresión de asco.

—Estas tal como te quise ver algún día.  Me das asco.— De un movimiento brusco pone a Emma contra el suelo, poniendo su pie encima de la cabeza de la pelirroja haciendo presión, ella grita y la garganta le duele más.—Hayato.

—¿Diga?—Pregunta el chico, sonriendo por tener el honor de presenciar aquella escena.

—Podrías bañar a esta chica. Me causa repugnancia verla en estos estados.—Su sonrisa se vuelve dulce.

Hayato sabe que dichoso baño no es de shampoo y jabón con delicadeza alguna. Anna se aparta, no si antes de implantar una patada cerca de las costillas de la chica. Sonríe con veneno, apartándose de la pelirroja y comenzar su camino a la salida.

—¿Que hago con ella en cuanto acabe?

—Dale una de las batas y dejala en el cuarto principal encadenada de brazos y piernas. No quiero errores.

—Asi sera.—Asiente.

Anna sale del lugar para regresar a su hogar, ya que tiene la visita de Norman y no le sorprendiera que sospechara de ella.

Hayato espera a que la rubia salga, en cuanto lo hace va por una de las mangueras de alta presión, abre la válvula del agua para que esta corra por toda la manguera hasta salir.

Emma lo mira de reojo, esta tan cansada que solo ve como Hayato la sienta contra la paredes jalandole de los cabellos. El chico solo la mira con lastima, pero una tan falsa que se lamenta tanto de haberlos conocido alguna vez. Hayato jala la manguera, dejando que el agua fría choque contra la piel de la pelirroja.

Ella siente sus huesos congelarse con cada chorro de agua estampando su cuerpo, al igual que sienta ahogarse cuando el agua de contra su rostro. Después de unos minutos el agua deja de fluir, el chico llega con ella y le coloca la bata, la ayuda a ponerse de pie tomándola de la cintura sin ninguna clase agarre delicado, llevándola a una de las habitaciones en las que ya hacia una cama totalmente desgastada, que ha sido testigo de las múltiples violaciones que Oliver le ha hecho y de igual forma testigo de sus lamentos por la forma tan inhumana de como se le ha tratado.

La encadena tal y como se le habían ordenada, alcanzando a ver como de los iris esmeraldas de la chica ya corrían lágrimas y se aferraba al desgastado colchón en donde ha dormida por quien sabe cuanto tiempo.

—Emma.—El chico se acerca, quitando los rastros de lágrimas de la chica. Su tacto es cálido pero al mismo tiempo tan frio.—Sabes que es tu castigo, deja de llorar y solo acepta el pagar tus pecados.—Suena amable, como si lo que ella estuviese viviendo fuese lo mas normal del mundo.—Ahora duerme. Oliver llegara mas tarde y necesitas tener energías.

Nacida Siendo Una Loveless [TPN. Noremma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora