Todo se repite

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Tiene los ojos entreabiertos, sus cuerpo es incapaz de realizar alguna movilidad. El calor de aquel foco de luz amarilla no trasmite el suficiente como para hacerla sentir mejor o que concilie el sueño, teniendo que soportar el frío piso de metal, al igual que tener que sentir sus huesos congelados, pareciendo que estaba flotando en un mar de agua helada.

Tiene marcas rojas y moradas impregnadas en su cuerpo, dando a entender que se aprovecharon de su desmayo para dejarla sin fuerza alguna.

Y decían que la bestia y escoria era ella.

Mueve sus dedos, en busca de algo que sostener o tratar de alejarse del crudo frío que siente, con las energías en cero y con la garganta totalmente seca, sintiendo como es rasgada con cada bocanada de aire que toma, ya que siente que no puede respirar bien. Sin tener idea si es de día o de noche busca alguna pista para responder su incógnita mental, no sabe cuanto tiempo lleva desmayada, solo quiere salir de ahí como diera lugar. Oh, escucha ese sonido cuando intenta mover las piernas, es una cadena que la tiene aprisionada. Suspira rendida, tumbándose mejor en el suelo y dejar que sus pocas ropas del instituto la cubran. Cierra los ojos en busca de que tan solo todo fuese uno de sus tantos sueños traumáticos que ha tenido, pero no recibe repuesta alguna de aquel tan anhelado deseo.

Escucha la puerta abrirse, apreciando que el que entra es Oliver, quien sin vergüenza alguna se acerca a ella, tocándola de manera lujuriosa y asquerosa desde su perspectiva, rozando la yema de sus fedos por sus piernas y seguir subiendo gasta llegar a su parte intima. Siente asco de ser tocada de esa forma, y lo peor es que no puede hacer nada ya que todo el cuerpo le duele.

-Ay Emma- suspira, procediendo a sonreír pareciendo amable, dejando una de sus manos en la zona baja de ma chica y con la otra tocar una de las mejillas de la pelirroja.

Y ella siente que esas manos están tan heladas que no serían de algún ser humano.

-Si tan solo no hubieras estado con Ray. Hubiéramos sido tu y yo, y nada de esto tendría que haber pasado. No sabes como me duele verte en este estado.-Ella siente la intromisión en su ser, cuando el albino apenas introduce uno de sus dedos por encima de la tela de la ropa interior de Emma.

Apenas y suelta un gemido, pero no se siente excitada, es más, quiere gritarle, patearlo, hacer que se aleje y decirle que se lamenta de haberlo conocido. Pero no puede hacer nada, apenas alcanzar a apretar los dientes y tratar de tragar saliva, conteniendo sus inmensas ganas de llorar.

-¿Lo recuerdas Emma? ¿Cómo ocurrió la primera vez?-Susurra cerca del oído de ella.

Ella tan solo mira a su costado, no queriendo recordar como ocurrió eso. Trata de negarse a que su mente se mantenga callada esta vez sobre aquellos recuerdo, pero parece hacer caso omiso a sus plegarias.

-Fue dos días después de que tu adorado Ray fuera asesinado por ti- Mordió el pómulo de la oreja de la chica, bajando de ahí hasta llegara a su cuello en donde se detuvo.-Estabas llorando en tu habitación, sola y con tus recuerdos de los meses que pasaste con el-Comenzo a dejar besos húmedos por todo el cuello de Emma, sonriendo con malicia y torturando a la chica con aquellos hechos - Entonces yo entre a tu habitación. Llegaste conmigo, llorando y abrazandome, pero yo tenía otra planes.

Ella niega internamente y claro que lo recuerda, cada maldita escena se reproducía en su mente.

-Recuerdo que comencé tirándote a tu cama, después fui directo a tu pechos- Dicho esto se acerco a los medianos senos de Emma, despojándose de aquella camisa blanca manga larga que le estorbaba, quitándole el sostén y dejado la expuesta, lo que basto para que ella comenzara sollozar.-Después me fui con el derecho- Dijo comenzando a jugar con los pezones de la chica.

Ella tan solo se retorcía, no podía hacer otra cosa, solo podía llorar y gritar de manera interna, le molestaba que lo único que saliera de su boca fueran gemidos, le molestaba, lo odiaba, le daba asco. Oliver se dedico a entretenerse con los senos de la pelirroja, lamiendo, chupando e incluso jalando sin cuidado alguno, para después mirarla llorar y sin la capacidad de negarse o hacer algo ante la situación tan repugnante que estaba viviendo.

-Oh Emma no tienen porque llorar,- comenzó a hacer fricción con sus dedos en la parte baja de la pelirroja, haciendo que ella negara y evitará que su vista se nublada ante tal acto. Con su mano libre removió las lágrimas que resbalaban por la pálida piel de Emma.- solo te haré recordar lo hermoso y deslumbrante que fue aquel día.-Apresó los labios de la pelirroja, comenzando un beso totalmente morboso del cual a ella le asqueaba, negando que el metiera su lengua hasta que le mordió el labio inferior y este aprovecho para explorar su cavidad bucal.-Seras mía - dijo en medio del beso.

Su voz era tan lujuriosa y ronca, que ella podía sentir el miedo recorrer cada fibra de su cuerpo cuando hablaba. Se quería desmayar otra vez, pero Oliver no la dejaba.

Trato de pensar en otra cosa, en cualquier tontería que la hiciera olvidar lo que le estaban apuntó de hacer, tan solo pensar en...

Norman.

El resto de sus ropas fueron rotas, mientras que la tranquilidad del albino llego al límite y ella regresaba a la realidad. No tardo minutos en dejarla completamente desnuda y encadenada de brazos esta vez, mientras que el se despojaba de la parte inferior de su cuerpo de cualquier prenda de vestir, apreciando aquella vista en la que Emma suplicaba que parar y lloraba sin consuelo.

Entro en cuerpo ajeno sin piedad alguna, comenzando las embestidas sin un toque de amabilidad, disfrutando de tan solo tener sexo con ella, o mas bien, disfrutando de aquella violación que estaba cometiendo.

Sus gemidos hacían eco y entre ellos se podía escuchar un "detente" de manera incoherente, pero esto solo hacia a Oliver quedar mas deseoso de ella.

Detente, detente, detente, detente, detente, detente.
¡Basta!

Lloraba, suplicaba de manera interna, que parara, que no quería eso. Pero lo puedo apreciar en aquello iris fuego, con un calor traído del mismo inframundo, sin brillo y pareciendo muertos, cargados de completo deseo que te invitaban a pecar, pero ella no era tan tonta y jamás aceptaría tal propuesta.

Cerro los ojos con fuerza, evitando sentir el horrible dolor entre sus piernas por la forma brusca en la que estaba siendo corrompida, dejando que su mente le traiga los recuerdo de la "Noche del monstruo" como ella lo había llamado, en la que las memorias se reproducían como una película. La forma en la que no tuvo piedad y solo entro robándole su virginidad, en las marcas que le dejó por todo su cuerpo, en los posiciones que la obligo a hacer para satisfacerlo mientras se corría innumerables veces en su interior, en la forma en la que ignoraba sus suplicas haciendo que guardara silencio por medio de golpes en el rostro o en alguna parte de su cuerpo, en la manera aferraba a cualquier cosa tratando de aguantar el dolor en su cuerpo. Todo era tal y como aquella vez.

Y en medio de tanto dolor y plegarias llegaron esos preciosos ojitos cielo a su mente.

Es tonto, ridículo, e incluso imposible, que justo en ese momento este pensando en Norman. Fue ahí que se le ocurrió la tan estúpida idea que posiblemente la condenaría a recibir un horrible castigo, pero lo haría, por que quiere creer que se puede encerrar en una burbuja color de rosa en la que realidad es Norman quien esta sobre ella y no ese asqueroso ser del infierno. Y se atreve a decirlo.

-Nor-man- Suspira.

Oliver se detiene, mirando con el ceño fruncido y totalmente molesto a la chica que ahora hace sonriendo de manera estúpida. Tal vez caería en locura.

Nacida Siendo Una Loveless [TPN. Noremma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora