Especial cumpleaños

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Narra Minkus.

Por fin, era mío, Habíamos estado juntos por tres años, y finalmente se había graduado.

Verlo a diario, y acariciarlo Me volvía loco, porque no podía ir mas allá.

Estaba esperando este momento, en el que podía hacerlo completa y total mente mío.

- Félix, Asegúrate que llegue bien, yo me quedaré un tiempo más - me ordeno Margaret entregándome a un tambaleante Dante ebrio.

- claro - Respondí divertido al ver que ella también estaba ebria

Así terminan las celebraciones con esta familia de locos.

- Adiós Minkus - se despidió Erik Dándome un golpe en la espalda, lo fulmine y el solo saco la lengua de manera burlona y se perdió entre la gente.

- ya vámonos - me regaño Dante jalando mi oreja

- si si, malcriado - Murmure molesto tomandolo por la cintura para que no se cayera.

- Adiós a todos - grito haciendo que todos lo despidieran con la mano, mientras reian de su ebriedad.

Salimos al patio y Lo subí al auto

Murmuraba unas cuantas cosas que no se distinguían.

Encendí el auto y comencé a andar.

- Minkus - logro decir en un susurro mientras se desabrochaba el cinturón.

Lo miré de reojo y me sonrió.

- Te amo - Se inclinó hacia mi, tomé su nuca y me aparque para evitar tener un accidente

Tomé sus labios sobre los míos, Abriendo paso por su boca, deleitandome de su sabor con una mezcla de alcohol dulce.

El beso se estaba intensificando, Tanto que mi entre pierna comenzaba a apretar.

Juguetes con su lengua, se acercaba más a mi en busca de que lo tocará mas

- espera - le susurré sobre sus labios - falta poco para llegar a casa - Lo aparte recostandolo sobre el sofá y el obedeció

Esta noche no escapara de mi.

Al llegar a casa baje del coche y pase a su lado abriendo la puerta, encontrando un hermoso Dante sonrojado y jadeante

Lo tome cargandolo y cerrando la puerta con mi pie, adentrándome a la casa.

Por suerte la servidumbre ya estaba dormida, así que no perdí tiempo y llegué a su habitación

Lo recosté sobre la cama y me deleite de nuevo con sus dulces labios, rodando nuestras lenguas.

Me separé de el un poco sin dejar de besarlo y desabroché su camiseta

Dejando expuestos sus rosados pezones y su piel delicada.

Moría por dejar marcas en todo su cuerpo, el al fin era mío.

Pase mi lengua con su pezón, Causando que diera un pequeño gemido.

Me estaba volviendo loco, pero quería disfrutar cada uno de sus rincones, y hacer su primera vez memorable.

Mordisque su pezón mientras pellizcaba el otro, ejerciendo presión En nuestros penes, haciendo que el abriera las piernas por instinto.

Ahogaba sus dulces suspiros en mis labios, mientras yo gruñía.

Era una sensación extraordinaria, Su erección contra la mía, su dulce aliento y su aroma.

- e-espera... m..e.. ve..mgo - susurro entre gemidos sobre mis labios, solo gruñi en respuesta acelerando mi ritmo, me volvió loco con ese tono de voz y esas palabras, logrando que soltará un gemido largo y hermoso.

Se había corrido en sus pantalones.

Me baje a la altura de su erección, la cual aún no se cansa a pesar de ya haberse corrido, sonreí arrogante, el enserio lo quería todo.

Desabroché sus pantalones viendo el líquido traspasar su ropa interior.

Me detuve un momento a apresiar lo que estaba tocando, su hermoso rostro estaba enrojecido, las gotas de sudor salían de su cabello, estaba jadeante, y yo quería más.

Baje su ropa interior y le quite los pantalones, dejándolo a total mi Merced y por primera vez verlo solo para mí.

Mi Pene creció al ver tal escena más sexi, el en serio me volvía loco, daría todo lo que tuviera para darle duro a diario y sin parar.

- Me fascinas - gruñi dandole un corto beso y metiendo su pene en mi boca, causando que gimiera fuerte mientas subía y bajaba con velocidad.

Aprovechaba para sacar su pene y dejar un rastro de saliva que resbalaba hasta su entrada.

- se siente genial - grito entre gemidos con una sonrisa bastante coqueta que me insinuaba muchas cosas perversas.

- se sentirá mejor - Dije mientras metía uno de mis dedos en su entrada causado que apretara las sábanas y jadeante.

- Due- ah- su frase no fue terminada porque encontré su punto especial.

Lo embesti con mis dedos mientras el gemia y suspiraba de una manera tan seductora, que juraba que podía correrme solo con escucharlo.

Volvi a meter su pene en mi boca sin dejar de embestirlo.

- N-o...para- Apenas sus palabras salieron de su boca, se corrió en mi boca, Trague todo acercándome a sus labios.

- aún no emos comenzado - Susurré causando que se sonrojara más, Tome sus piernas colocándolas en mis hombros.

- perdón pero ya no me puedo aguantar más - Informe entrando de una en el, sacándole un sonoro gemido, Sintiendo sus paredes humedad y apretadas, y a él complete te nublado de placer.

Comencé a moverme lento, sintiendome en el cielo, era tan placentero escuchar sus gemidos, con cada eatincaa que daba, acelere la velocidad de mis embesitidas, comenzando a escuchar el choque de nuestras pieles.

Sus gemidos y los míos invadiqn la habitación, necesitaba ver más de el.

Me detuve dandole vuelta, lo puse en cuatro, le di una palmadita entrando de nuevo en el, arrancándole un gemido ahogado, mientras dejaba caer su torso a la cama.

Tomé sus caderas tomado el ritmo de nuevo, sentía como sus paredes se contraían, Avisándome que se vendría de nuevo, y con eso llevándome al límite a mí también.

Lo embesti varias veces más, Haciendo que se corriera, su entrada se contraía apretando mi pene caso de manera dolorosa, logrando correrme dentro de el.

Ambos caímos en la cama sin salir de el.

- Eso fue - dijo en un largo suspiró - Asombroso.

Estaba feliz de estar con el, cada cosa, y faceta de el me encantaba.

- ¿listo para la segunda ronda?- pregunte moviendome de nuevo.

Esta noche, no sería en vano.

Malcriado ( yaoi/gay) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora