Malcriado ( yaoi/gay) FINALIZADA

capítulo 11: Sin entender (E)

Narra Dante:

La pared de mi habitación estaba fría, en cambio el piso a era cálido, por la ventana se veía el rojo atardecer, tal vez era sólo por lo que había dicho Minkus, pero sentía que era más detallado el mundo a mi alrededor, me puse de pie y me acerqué a la ventana abriendola y dejando entrar la fresca brisa, la sentía en mis mejillas.

Tal vez lo que dijo no era verdad, pero en todo caso ¿qué sentía yo?.

No podía gustarme, es un hombre y me gustan las chicas.

Si no es así, pronunciare su nombre en voz alta.

Apreté los puños decidido y tomé mucho aire.

- min...- lo que comenzó con un gran gritó-kus- terminó con un susurro, mis mejillas estaban am rojo vivo, podía sentirlo, mis orejas estaban palpitando, sentía mi corazón en ellas.

Garraspe un poco.

Es sólo por miedo a que alguien me escuche, si es eso.

Bueno entonces la próxima vez lo miraré a los ojos firmemente.

Asenti decidió y me metí a la cama, además no es como que siempre piense en el.

Ese idiota, diciendo esas cosas como lo más natural del mundo, mirándome así, haciendo que su aroma este demaciado cerca.

Su aliento chocando con mis labios, sus ojos clavandose en los míos con total serenidad y ala vez intensidad.

Me tape el rostro avergonzado y más ruborizado.

Me quedé viendo el techo un rato al recordar cada una de sus palabras, mi corazón se acelera.

Aunque fuera mentira el que dijera que provocaba esas cosas en el, alguien como yo... me hacía sentir especial.

Que imbécil.

Dicen que cuando alguien está enamorado no puede dormir, y yo duermo como un bebé.

Mire mi reloj

CARAJO¡

Son las tres de la mañana y no e dormido nada.

¿Como paso tanto tiempo?

Me reincorpore bien en la cama acomodando mis sábanas y tapandome hasta la cabeza, cerré los ojos, pero al hacerlo sólo recordaba lo sucedido de hoy, malditasea.

Narra Minkus:

Había amanecido y yo ya había terminado el almuerzo, este día quería hacerlo yo personalmente, termine de servirlo y me adelante a despertar a Dante, toque la puerta pero no respondió, gire la manija y entre.

La cama estaba echa un desastre cubría con bastante delicadeza su cuerpo, estaba dormido bica arriba y un pequeño hilo de saliva salía por sus labios, sonreí por insingo y me acerqué.

Su cabello estaba echo un caos, su camisón estaba medio abierto y sus pantalones estaban un poco más abajo de sus caderas.

Me senté a su lado y toque si mejilla con delicadeza, había olvidado el momento en el que me provocaba más allá de sólo sexualmente, yo quería verlo sonreír, verlo despertar cada mañana.

Amaba ver sus mejillas enrojizarse, y también su voz, sus gestos, su manera de hablar, la manera en la que comía, sus delgadas manos, cuando se molestaba.

Me dolerá partir, e irme, pero eso es lo que quiere.

Ahora entiendo el dicho "Si amas algo déjalo ir" lo entendí a la perfección.