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Su voz normalmente me tranquilizaba, pero en este momento me había asustado. No había contestado su pregunta, la verdad es que no le iba a decir todo ahora que por fin lo tenía enfrente, bueno, al lado mío. Después de ver que no respondía su pregunta, se dispuso a quitarse sus zapatos y dejarlos al lado de mis zapatillas para sentarse de mi lado izquierdo.

Nos quedamos al rededor de dos minutos sin cruzar palabras y la incomodidad decoraba el aire que nos rodeaba. Hasta que él rompió el silencio.

-Que bonita vista -yo tenía mis ojos pegados al mar. Me sentía un poco incómoda por todo lo que había pasado hace unos momentos, a pesar de que seguía un poco tomada.

Cuando levanté los ojos para mirarlo, me dí cuenta de que me estaba viendo con esos ojos llenos de un poco de tristeza y felicidad a la vez. Yo volteé a ver el mar y sonreí.

-A pesar de que solo veo la luna iluminando el mar, te puedo dar la razón con que tenemos una hermosa vista -Él imitó mi acción y miró el mar junto a mí.

-No me refería al mar, ni a la luna -volteé a verlo. Sabía a qué se refería.

Ambos nos miramos a los ojos. Por un momento se me olvidó todo lo que había pasado en meses pasados incluso lo de hace unas horas atrás. Su mirada en este momento me transmitía esperanza y eso me gustaba lo bastante como para en estos momentos estar acercándonos mientras nos veíamos a los ojos. Poco a poco nos fuimos acercando hasta que nuestras respiraciones chocaban. Su aliento era una mezcla de alcohol con menta y me volvía loca. Ambos estábamos difiriendo al besarnos pero por muy dentro queríamos sentir nuestros labios tocarse de nuevo, yo más ahora que sí podré estar consiente y disfrutarlo.

-Te extraño demasiado -dije para después juntar nuestros labios.

Cuando por fin pude sentir sus labios en mi boca, sentí como si llevara mucho tiempo sin hacerlo. En realidad no recuerdo nada de aquella noche, pero agradezco el poder besarlo y acariciarlo otra vez.

Nuestro beso era un beso único. Lleno de desesperación, deseo y evidentemente amor. Ambos estuvimos esperando toda la noche para poder sentirnos y tocarnos. Cuando menos lo esperé ya estaba encima de él con mis muslos pegados a sus piernas mientras el reposaba su espalda en la piedra en la que estaba recargado. Cos sus enormes y sexis manos estaba sobándome los muslos de arriba a abajo mientras nuestros labios bailaban al ritmo de la canción de fondo, rápida pero sensual. En verdad estaba disfrutando esto, lo necesitaba mucho y no lo sabía hasta hoy. Cada beso derrocha electricidad en mi cuerpo y eso me da energía pasa seguir.

-Espera... -dice Christopher deteniendo nuestro beso. Yo lo miré suplicando que no dijera que no me quería- tú... tú tienes novio -rayos.

-Cómo si eso importara en este momento -dije sin pensarlo dos veces.

-Tienes razón, pero si yo estuviera en su lugar... -era hora de escupir todo.

-No lo amo. Lo voy a dejar. Eso que tenemos es una farsa, Christopher. Y todo por tu culpa. Yo no sé si tú aún me ames pero... -me tomó de la cara y con un beso interrumpió mis palabras.

-Pensé que nunca lo mencionarías -dice tomando mi cara entre sus manos y dándome un beso en la nariz. Cómo amaba que hiciera eso- Te amo, Ina. Te amo y nunca lo he dejado de hacer. Ninguna persona se iguala a ti en ningún aspecto -en su mirada había sinceridad y a la vez un poco de compasión. En verdad me estaba diciendo que aún me amaba y mi corazón no podía creerle, aunque quería hacerlo- todas las chicas que han pasado por mi cama simplemente te han sido distracciones inútiles, porque en realidad nada te ha podido sacar de mi cabeza.

Nuestros pechos estaban subiendo y bajando demasiado rápido. Ambos estábamos sentados en la arena, yo encima de él confesándole mi amor a pesar de que siento cómo es que yo lo e excitado simplemente con un beso.

"𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒓𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊" #2 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora