-¿No estaba enojado, entonces? -me dice Christopher mientras ambos caminamos por la playa.
-Pues él dice que no. Yo siento que sí y sé que le dolió demasiado.
-Pero ahora estás más tranquila, ¿no? -dice mientras me jala de la mano para enrollarme en él mientras me da un beso en la frente.
-Sí. Ya no me siento cómo una mala persona -digo. Aunque sí lo hago, solo un poco.
-Bueno. Entonces vamos a comer y después de comprar para comprarte algo que quiero regalarte y por último, vamos al cine a ver esa película tonta de amor que tanto me rogabas por ver -me dice dándome un último beso.
-No es una tonta película -le digo dándole un pequeño golpe en el pecho- es linda y la trama está muy buena. Ya me he leído todos los libros cuando tenía la edad de una adolescente puberta -le digo riendo.
Aún recuerdo cuando lo único que me consumía en mi adolescencia eran las novelas románticas. Durante muchos años me juré que nunca leería esa saga de amor tóxico. AFTER, por muchos años se había vuelto en una de las sensaciones en mi escuela cuando yo iba en la secundaria, para ese entonces yo aún no desarrollaba una obsesión con los libros. Tal vez suena tonto que a la edad de doce años, una niña no creyera en el amor, pero, así era mi vida. Simplemente aún mis emociones no estaban tan desarrolladas como ahora. Recuerdo que me había jurado jamás leerla porque eran simplemente clichés baratos. Lo que siempre queríamos que pasara, y no le encontraba sentido alguno a toda la situación entre Hardin y Tessa. Un amor en donde predominaba mucho la agresión, el ser sumisa y el depender a un hombre, victimización y es que aún así, siendo una niña de doce años, sabía o al menos creía que eso estaba mal. Pasó el tiempo y llegamos a donde tenía trece años, ahí comencé a desarrollar mi gusto por los libros, sean de misterio, videojuegos o terror. Más de amor, nunca. Así pasaron los años y me regalaron mi primera novela romántica a la edad de quince años. Básicamente era lo mismo que había jurado no leer. La saga YOU, me había vuelto loca y así me fui obsesionando más y más con lo que juré que nunca me llevaría al borde de la locura. Continué con Maravilloso desastre y todos sus libros, llegando hasta AFTER cuando tenía tan solo diecisiete años. Rompí el juramento que me había hecho, pero admito que no me arrepiento de nada. Mucho menos ahora que sé que ya va a salir la película. Me habían invitado a la premiere que hubo en Los Angeles, pero por cuestiones de agenda no pude ir y de eso sí me arrepiento.
-¿La edad de una adolescente puberta? -dice y suelta una carcajada- pero si eso fue hace tan solo dos años.
-Bueno, mejor ya vamos a comer. Tengo demasiada hambre y se me antoja una pasta -dije jalándolo de su muñeca y comenzando a caminar. No pude evitar mirarle ese espacio que tenía una pequeña mancha de tinta negra. Aún tenía su tatuaje que nos habíamos hecho. Christopher al notar que miraba su muñeca con atención, me toma de la cara con ambas manos.
-¿Qué ocurre? -yo sigo con la mirada en su muñeca. Él voltea lentamente siguiendo mi mirada y después se vuelve hacia mí- oh, esto -se rasca la nuca- nunca me pasó por la cabeza quitármelo.
-Yo... bueno -suelto un suspiro- yo si me lo he quitado. Perdona -le digo envolviendo mi muñeca con mi otra mano.
-Sí lo he notado y no te culpo. Estabas en todo tu derecho de hacerlo y lo entiendo. Así que ahora mismo no vamos a arrepentirnos. Mejor vamos por pasta -dice ignorando todo lo que acaba de pasar.
Agradezco que haya dejado esto a un lado y es que no sé cual fue su reacción al enterarse que yo ya no tenía nuestra promesa en la piel, pero me pone tranquila que no hayamos peleado por esto.
Cuando llegamos al restaurante yo pedí mi pasta y un rico vino blanco. Tal vez no era la mejor combinación, pero me vino muy bien junto a la plática que tuve con mi ahora novio. Entre risas y unas cuantas copas más de vino terminamos en mi departamento dejando a un lado todos nuestros planes para hoy.
Christopher me traía en brazos como una mujer recién casada con su esposo en luna de miel. La diferencia era que nosotros no éramos para nada unos recién casados. Veníamos riendo, recordando unas cuantas cosillas que habían pasado en Los Angeles...
-Incluso -dice colocandome en el sillón como una bebé mientras rie- recuerdo cuando estabas tan borracha que te fuiste con tu amigo el gay a ese bar en Los Angeles.
Había olvidado ese día, pero hoy lo recordé. Me la había pasado de maravilla con los travestis vestidos de artistas y Lady Gaga era la más diva.
-Estabas demasiado borrachita -continua- cuando tuvimos que ir por ti. Ese día estábamos pasándola bien...
-Todo fue por tu culpa -dije recordándole- estaba sufriendo por tu amor -dije haciéndome la víctima de juego.
-Pero si yo te amo -me da un beso en la palma de mi mano.
-Tanto me has de amar que en vez de llevarme a la cama, me tienes en este sillón sentada mientras me besas la mano -dije haciendo un puchero.
-Solo trataba de ser romántico...
Estoy consiente de que el vino se me había subido pero no a esta magnitud. Estaba empezando esa etapa sucia y pervertida; no es que no me guste pero no sé como vaya a funcionar con Christopher. Soy tan vulnerable a él.
-Christopher Vélez. Famoso cantante que tiene fama de ser un mujeriego, me dice que trataba de ser romántico -suelto una risa exagerada- querido, el romanticismo no es lo tuyo.
-Tientes razón. No lo es -dice levantándose y jalandome de la muñeca para llevarme a la cama. Yo apenas y podía caminar.
El vino que había dejado hueca por este momento y mis cinco sentidos no estaban conectados en el mismo ritmo. Las piernas no querían caminar y notaba que Christopher batallaba con eso.
-Sí no mueves tu trasero de aquí. Tendré que tomarte aquí en el sofá. Y vaya que luce muy incómodo.
Sonaba excitante, pero no más excitante que...
-Pues vayamos a la cocina. Sería mi primera vez teniendo sexo con alguien en la barra donde suelo desayunar -¿Qué demonios estaba diciendo?
-Entonces vayamos -me dice ahora tomándome y milagrosamente logré levantarme.
Cuando me mudé a mi propio departamento, recuerdo que en lo más profundo de mí me imaginé demasiadas cosas, claramente una de ellas no era en qué partes de mi hogar me acostaría con mi novio, pero sí que en algún punto de mi vida quería hacerlo en la cocina porque de alguna manera era demasiado excitante. Digamos que tampoco soy una persona que exija mucho, bueno, solo un poco.
ESTÁS LEYENDO
"𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒓𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊" #2 ||Christopher Vélez|| TERMINADA
Fanfiction"Bastante te has llevado como para querer tomar lo que algún día te perteneció..." "Estoy tan vulnerable a ti que sé que aunque ya no te quiera en mi vida, te daría todo para que no te fueras..."