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La noche fue de película. Me sentía una reina junto a mi rey. El lugar era hermoso y creo que después de la larga tarde que tuve hoy el día tuvo un gran final feliz.

-¿Entonces? -me dice mientras nos subimos a su carro- ¿Nos regresamos a casa?

No quiero que gaste mucho dinero en mí. Agradezco su solidaridad y el que me trate como la niña de sus ojos, así como él me lo expresó en días pasados. Pero tampoco creo que es necesario que se gaste todo su dinero en mí y no me deje darle ningún gran detalle a él. Llevo varios días queriéndole comprar unos tenis que le gustaron mucho, así que después de lo de hoy, lo primero que haré llegando a Miami es regalarle ese par de tenis que tanto le gustaron.

-Sí. Vayamos a descansar. Mañana es un día muy largo y quiero que ambos descansemos.

-Bueno, muñeca. Lo que tú ordenes.

Nuestro trayecto a su casa no fue muy largo. Durante todo el camino no pude parar de admirar su belleza y perfección. Es que en verdad no puedo creer que exista alguien tan bello como él. Es el hombre que me quita el sueño todos los días y que con solo un abrazo logra devolverme la paz. Quiero ese sentimiento por siempre y para siempre. Si no es con él, no creo que sea con nadie más. Eso lo tengo más que claro.

Al llegar, su madre nos recibe en bata, no me había dado cuenta de que ya era tarde. Se nos fue el tiempo platicando sobre muchas cosas.

Subimos a su habitación y yo me retiré el vestido. Pero antes de eso me miré en el espejo. Me gustaba como me veía y n me refiero solamente a mi vestido y zapatillas ni maquillaje. Me veía feliz, lucía radiante gracias a la sonrisa que decoraba mi rostro. Y todo esto gracias él.

-Te ves bella -escucho una voz detrás mío- en verdad que eres la mujer más bella que he visto jamás.

Entra Christopher a la habitación y cierra la puerta detrás de él, me da un pequeño beso en mi hombro descubierto. Se veía bastante guapo con su pijama que su abuela le había obsequiado la navidad pasada. Un pantalón de franela a cuadros, me encanta. Baja cuidadosamente el cierre de mi espalda y con ambos brazos mientras sigue dejando un camino de besos por mis hombros. Me quita el vestido completamente y no tardo en notar que las manos me estan sudando y mi piel se me eriza. Yo me volteo hacia el mientras el vestido se desliza cuidadosamente de mi cuerpo quedando solamente en bragas.

-Definitivamente no creo que descansemos esta noche -le digo para después besarlo.

Torpemente caminamos mientras nuestra lujuria se apodera de nosotros con una ola de fuego en nuestros besos. Yo choco con la cama y me recuesto encima del cobertor que la cubría. Mi novio se coloca encima mío y sigue besándome, bajando poco a poco por mi cuello hasta llegar a mis pechos. Mientras besaba uno con su otra mano me acariciaba el otro.

-Espera -le digo mientras lo detengo con mis brazos. Su cara me hace reír ya que noto como se sorprende un poco- No, no. Solamente quiero quitarme los tacones que me estan matando demasiado. Me duelen los pies.

Sin decirle dos veces, él toma las correas y las arranca. Yo lo miro con enojo. No había manera de ser tan salvaje, a pesar de que me encantaba, me gustaban los tacones.

-Me gustaban mucho -le digo mirándolo mientras los lanza al piso.

-Mañana te compro otro par -responde y vuelve a besarme.

Ambos estábamos deseosos por más en todo momento. Su lengua recorría la mía al igual que por mis labios. Sobre mi ropa interior el me acariciaba lenta y torturosamente. Con mis manos yo logré bajarle su pijama tan tierna que lo hacía lucir sexy para así poder jugar con él un momento.

"𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒓𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊" #2 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora