"𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒓𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊" #2 ||Christopher Vélez|| TERMINADA

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Camino de regreso a casa de Chris, yo ya venía en el auto con él y Jonathan con las chicas. Después de nuestra reconciliación un poco evidente, no pude evitar sentir la manera en que sus miradas me comían por dentro y fuera.
Sé que deben de estar enojadas y las comprendo. Puede que se sientan totalmente engañadas o simplemente estén enojadas conmigo por poder tener a este bombón para mí sola. No pude evitar sonreír mientras lo miraba. Está tan guapo y lejos de eso es el mejor novio que puede existir en el mundo.
Todas merecemos un hombre que nos haga sentir como la única mujer en el universo y de no ser así, no es el indicado. Cada persona muestra su amor de diferente manera y aunque peleamos cada cinco segundos, estoy segura de que nuestro hilo rojo jamás se romperá.
Sigo mirándolo como niña chiquita con una mano recargada en mi cara tratando de guardar toda la saliva que estaba escurriendo de mi boca. Este hombre me tiene hechizada de la manera más fuerte que existe.

-¿Qué pasa? -me dice mientras pasamos por una gran pasillo de puros árboles en la carretera. Los nenes ya estaban dormidos, terminaron totalmente cansados y teníamos que llevarlos a casa.

-Nada -digo sacando el cinturón de seguridad de su lugar y levantandome para poder darle un beso en la mejilla- te amo. En verdad que te amo- noto como sonríe pero no responde. Admito que lo sentí como una punzada en el pecho ¿Acaso ya no me ama? 

No puedo evitar demostrar mis sentimientos y me vuelvo a colocar en mi asiento mirando hacia la ventana. Subo el volumen de la radio y de fondo tenemos al glorioso Elvis Presley sonando de fondo.

No quería tomarle importancia a esa acción pero aún así, últimamente e estado muy sensible y cualquier cosa me hace sentir mal por completo.

Seguimos en el auto en carretera y la ciudad de noche me hace sentir nostálgica. Me recuerda a mi hogar y la manera en que me encantaba ir al "mirador" y ver la ciudad de noche cuando era una adolescente. Siento como el escalofrío roza mi piel y noto que el aire acondicionado ha estado frío todo el tiempo. Tomo mi sudadera y me la colocó. Christopher al notar esto, opta por mejor bajarle un poco a la intensidad.

Saco mi teléfono y noto que tengo un mensaje de Charles preguntándome cómo seguía, no le contesté porque no estaba de humor. Me metí a mi instagram y noté que tenía mensajes de las chicas, de hecho, noté que era un grupo.

Tiene mucho tiempo que no veo a mis amigas desde aquellos días en Los Angeles antes de que todas nos separamos definitivamente. No había cruzado mensaje mucho menos llamada ni palabra con ninguna de ellas. De ve en cuando hablaba con Karina y Zara pero solo por cosas de trabajo, no nada más. Las chicas comentaban que querían venir a Miami un rato a la playa y a relajarse pero Sasha y Ximena no podían al igual que Roma. Ellas no podían salir de Los Angeles ya que las primeras dos tenían mucho trabajo en su televisora y Roma iba a sacar una línea de trajes de baño para una campaña con una marca de ropa. Eran demasiado mensajes así que simplemente respondí con un pequeño saludo indicando que estaba al pendiente del grupo.

Con el paso de los meses y después de lo que pasó, ya me había hecho a la idea de que mi amistad con Roma no iba a volver a ser la misma. Todo iba a ser muy incómodo y ya no podría contarle todo sobre Christopher y yo. La verdad es que la extraño. Ahora, mi mejor amiga es Lika y la quiero mucho. Se ha convertido en alguien indispensable para mí y yo para ella pero, aún así. Una amistad de años y mucho amor y cariño, no se olvida en meses apesar de las circunstancias.

Volví a ver mi teléfono con la esperanza de que pasara más rápido el tiempo pero no.

Al llegar a Loja, de nueva cuenta, llevamos a los pequeños con su papá. Nos costó demasiado trabajo despertarlos ya que no querían, así que Chris tomó a la niña en brazos y la llevo dentro de casa. Yo solamente quedé esperando recargada al auto mientras Christopher hacía lo suyo. Todo estaba bien. No me sentía incomoda ni mal aquí afuera de la casa hasta que una mujer de cabello café y ojos del mismo color se asoma por la puerta.