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Durante toda la noche traté de evitar el tema con Franc. Estuvo insistiendome demasiado para que hablara y no quise. Bebí demasiados tragos al punto de quedar abrazada a Chava mientras este fuma un cigarro en la terraza.

-Deja de despeinarme Ina- dice mientras yo estoy jugando con su cabello.

Desde donde estoy luce demasiado guapo. Aun con mis tacones sigo estando más pequeña que él. En realidad no tengo ni la menor idea si ahora veo a todos los hombres guapos y perfectos porque solamente quiero olvidar por un momento a Christopher.

Aunque no creo poder. Sinceramente es una pelea que vivo día a día con mi subconsciente. No puedo evitar pensar en él acariciándome las manos y brazos mientras yo lo tomo de su cabello justo como lo estoy haciendo ahora con Salvador. La manera en que constantemente se muerde los labios cuando está pensando o simplemente para lucir coqueto. Como sonríe todo el tiempo. La manera en que me miraba a los ojos cuando platicábamos o tomábamos un café.

Extraño que me diga que me ama y siento un gran golpe en el corazón al recordar que un contrato fue más fuerte que nuestro hilo rojo.

-¿Chava?- él me mira. Al igual que yo está tomado pero me atrevo a confesar que mi nivel de ebriedad está por los cielos.

-Dime- dice y le da otra calada a su cigarro.

-¿Tú crees en eso?- me imagino que no me estaba explicando porque él levanta la ceja -Sí, en eso de que el hilo rojo que une a dos personas que estan destinadas a estar juntos de por vida.

El suelta una carcajada inmensa. Yo lo miro consternada ero a la vez me divierte un poco la manera en que casi se ahoga con el humo.

-Claro... claro que no, Ina- yo lo miro consternada ante su reacción -lo que pasa, nena- no, no lo hagas. Solo Christopher puede decirme así -es que eso de los hilos rojos y el destino junto a los horóscopos son cosas muy ficticias. Solo ponte a pensar en algo. Enfocándonos un poco en el hilo rojo, imagina esto. Estás con esa persona que dices amar ara toda tu vida. Te casas, tienes hijos y un bonito lugar para vivir. Todo es perfecto y nadie falla en la relación.

Ahora soy yo la que suelta una carcajada. Nada en la vida es perfecto. Claro ejemplo está en mi familia. Yo creía en el amor verdadero porque mis padres eso me habían enseñado a lo largo de los años con sus valores de pareja. Vaya momento en el que vengo a enterarme de que mi padre tiene otra familia. Es ahí donde me queda claro que nada es perfecto.

-Exacto- me dice después de mi acción -te ríes porque sabes que eso no es posible. En la vida siempre va haber obstáculos de cualquier tipo. Una persona cuando tiene pareja te puedo asegurar que no va a vivir en paz si su marido o su mujer le engaña o a maltrata. Le echa mentiras y junto a esto pone otras cosas sobre su relación. Esa persona se cansa y poco a poco su "hilo"- dice haciendo comillas -se va rompiendo poco a poco. Se desgasta y revienta con cualquier movimiento. No siempre está unido. Así que no, Ina. No creo en esas fantasías que solo quieren hacer un mundo romántico. El hilo rojo no existe por el simple hecho de que si lo hiciera, el mundo no tendría demasiados divorcios ni nada de ese tipo de mierda política. Todo sería color rosa y feliz.

De alguna manera tiene razón... bueno, en realidad tiene razón en todo. Creo que por fin llegó la hora de reventar ese hilo rojo con Christopher.

El alcohol que corre por mis venas en este momento no es suficiente para darme valor y hacer lo que quiero hacer. Tomo dos últimos tragos de tequila y me los empino de manera rápida, hecho esto tomo mi teléfono.

Una parte de mi cerebro me dice que pare, que deje de macar esos dígitos en mi teléfono y que mejor me preocupe en como tratar de resolver mi vida sola. Pero hay otra aparte que me dice que continúe. Que solo así podré vivir en paz con mi ansiedad y esa parte es la que está ganando.

"𝑳𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒓𝒃𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊" #2 ||Christopher Vélez|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora