Fallin'All in You | Connor Brashier |

Capítulo 3

– ¿Va a seguir pasando esto? Nunca aprendes babosa – dice Shawn.

Antes de encender el auto, Shawn se presenta ante Connor y viceversa. Después de algunos minutos de conversa que yo hacía con Shawn, este se voltea y ve a Connor con audífonos puestos mirando hacia la ventana.

– No es muy hablador, ¿no? – pregunta.

– Al principio no, pero después se comienza a soltar un poco – respondo.

– Igualito a ti – dice divertido, lo cual hace que le pegue un pequeño golpe en su brazo derecho, haciéndome reír un poco.

Mientras me reía, sentía como me estaban mirando, pero no era Shawn, si no era Connor. Lo miro a través del espejo retrovisor, choco miradas y él gira su cabeza sonriendo de lado. Este chico...

– La pequeña Meg esta sonrojada – ríe Shawn. Me toco las mejillas, y efectivamente estoy sonrojada. Diablos.

Continuamos hablando todo el transcurso hasta llegar al edificio de Shawn, ya que decidieron hacer una reunión de bienvenida para Connor.

Entramos al departamento y efectivamente, todos los del team estaban dentro, ya sea comiendo, hablando o tomando. Después de unos diez minutos, Connor ya se había hecho amigo de todos. Sorprendente. Luego de hablar un rato con los chicos, me dirijo hacia la isla de la cocina para sentarme un rato y tomar agua. Perdida en mis pensamientos, no me doy cuenta de que alguien se acercó a mi lado, hasta que este comienza a hablar.

– ¿Sola, triste y abandonada? – me dice Connor.

– Así parece. – le respondo al instante que cierro mi botella de agua.

– Pues entonces ya no más – me dice para después sentarse al frente mío.

– ¡Hola hola niños! – dice Brian, tomando asiento al costado mío.

– Cuanto has bebido ya – señalo su vaso que contiene algún liquido que no soy capaz de saber qué es.

– Unos dos... tres... probablemente cuatro, pero que importa – contesta, para después pasar su brazo por encima de mis hombros – ¿La pequeña Meg ya se hizo amiga del pequeño Brash? Que lindos – dice riendo un poco.

– Brian, no esta noche – le arranco en vaso que se encontraba en su mano, para después pararme y arrojarlo al tacho.

– ¡Hey, porque haces eso! – se queja Brian.

– Por que cuando tomas te vuelves una maquina parlanchina que no hace nada mas que decir cosas incomodas – contesto para regresar de nuevo a mi asiento.

– Tranquilízate Meg, ¿acaso tienes miedo de que le diga algo vergonzoso al pequeño Brash? – dice con cara maliciosa.

– No lo hagas Brian – lo amenazo apuntándolo con mi dedo.

– O si no que – me contesta desafiante.

– ¿En verdad me estas amenazando a mí, siendo yo la que amenazo siempre? – pongo mi puño en la mesa – no te atrevas decir ni una sola palabra, o te las veras conmigo.

– ¡Connor!, ¿te conté sobre la primera cita de Meg? – dice Brian mirándolo.

– No te atreves – le dije entrecerrando los ojos.

– ¿Quieres apostar a que sí? – dice para rápidamente y correr al otro extremo de la cocina – La primera cita de Meg fue un completo desastre – empieza Brian.

– ¡Solo porque se les ocurrió aparecer en mi cita! – chillé.

– Lo que paso es que la pequeña Meg estaba en Starbucks y se le derramó café caliente en los pantalones del pobre chico – dice y ríen los dos.

– ¡No fui yo!, ¡Shawn y tu pasaron por mi costado y empujaron mi brazo a propósito! – me defendí.

– Bueno, como quieras decirlo, pero el chico no tuvo otra que irse a su casa y dejar sola a Meg – concluye la vergonzosa historia.

– Eres hombre muerto Craigen – dije.

– Bueno chicos, los dejo solos – contestó para después irse de la cocina y dejarnos a los dos solos.

– Así que café caliente – ríe Connor.

– Ni me lo recuerdes de nuevo, fue lo mas vergonzoso de mi vida – conteste para luego apoyar mis brazos en la mesa.