17. No hay vuelta atrás.

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—¡Ya es la hora del desayuno, Jonathan! —Grito la señora Salazar, desde la cocina.

Jonathan abrió lentamente los ojos, analizando cada parte de su habitación.
Era extraño despertar y no encontrarse con los ronquidos de Juani, alguna queja de Cristian, las caídas de Greg desde su litera o las exigencias de Rodrigo para ir a desayunar.

Ahora se encontraba en su casa, con su mamá y hermana, y pasaría un mes para volver a Radio School. Pasaría un mes, para tratar de liberar a Gregory de ese coma.
Jonathan se colocó unas pantuflas y salió de su habitación, camino el corto pasillo y bajo las escaleras que daban hacia la salita. Frente a la sala, se encontraba la cocina, donde estaba una pequeña mesa, que ocupaban para desayunar.

—¡Buenos días! — Saludo la Señora Salazar, mientras cocía los huevos.

—Hola, mamá...

Jonathan le sonrió forzadamente a su madre y tomo asiento. Del otro lado de la mesa, Samantha, su pequeña hermana lo miraba fijamente.

—¿Tengo algo en la cara, mocosa?

—Parece que alguien tuvo una mala noche —Dijo la pequeña entre risas.

—¿Qué vas a saber tú? —Jonathan reía, pelear con su hermana era parte de la rutina—, si hasta hace un par de meses usabas pañal...

—¡No es cierto!

—¡Si es cierto! —Jonathan reía, al igual que la pequeña—, una niña de cuatro años usando pañal. JAJAJAJA, que lasti... 

Jonathan no pudo acabar de burlarse de su hermana. En ese momento, el sartén con el que la Señora Salazar estaba haciendo los huevos, se estrelló en su cabeza.

—¿Pueden dejar de pelear?

—Fue Jonny.

—¡CLARO QUE NO! —Jonathan estaba aguantando las ganas de llorar—, además, ¿¡POR QUÉ SOLO ME PEGAS A MI!?

El desayuno paso con tranquilidad, Sam jugaba con su plato lleno de cereales, mientras que la señora Salazar movía la cabeza suavemente, mientras que de una vieja radio, salía la voz de Paul McCartney, entonando Hey Jude.
Jonathan solo miraba su plato y, de manera forzada, se metía trozos de huevo en la boca.

—¿Cómo te fue en la escuela, hijo? ¿Hay algo que quisieras contar sobre tu experiencia? —Pregunto la Señora Salazar, sonriéndole a su hijo.

Jonathan medito por unos instantes, quería contarle sobre Ximena, aquella chica que se había robado su corazón. Quería contarle sobre Cris, Juani, Alex, Casandra... Sus nuevos amigos. Había tantas cosas que contar y muchos consejos que pedir...

—Me la pasé... Bien —Respondió Jonathan, dudando.

—¿Seguro?

—Claro, ¿Por qué mentiría, mamá?

Cuando el chico acabo de desayunar, su madre le aviso que en la mañana un tal Martin Murtons le había enviado una carta, al escuchar eso, el chico corrió hacia la entrada y tomo la carta que el papá de Greg le había escrito. Subió las escaleras, y al entrar a su cuarto se tumbó sobre su cama y la abrió rápidamente..

—Estimado... ¿Jhonatan? Bueno, ignorare eso —se dijo el chico, mientras comenzaba a leer la carta—, «Mi hijo se encuentra estable, no parece que esto vaya mal, pero tampoco da señales de despertar... Tal vez, cuando regresen a Radio School, él ya esté bien...» Claro...

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