24. Confesiones.

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Nadie decía nada, en realidad no parecían querer hablar, solo caminaban, sin rumbo fijo... Aún. La muerte de Casandra los había dejado en shock, no se esperaban ver morir a alguien tan cercano, aún no procesaban que seguramente nunca más volverían a verla o escuchar su voz.

Era una caverna bastante amplia, oscura, alumbrados por las dos linternas que Cris había guardado en su mochila junto con sus botellas de Nubex, cuando estaban demasiado lejos del lugar donde Casandra había muerto Jonathan se detuvo y los demás lo imitaron.

—Deberiamos descansar un rato, ¿No creen? — Sus amigos asintieron. Solo eso. Jonathan hubiera esperado alguna queja de Rafa, algún chiste de Alulusa o algún comentario de Alex, pero nada de eso llegó.

Todos se sentaron en círculo, ese silencio penetrante continuaba, tal parecía que hablar no estaba en sus planes, mucho menos mirarse, solo estaban allí. Meneses coloco una de sus lámparas en el centro y está alumbró con más potencia el lugar.

—Ella me defendió de Franco Zarate y los demás, aquella vez —Dijo Alulusa, rompiendo el silencio.

—A mi siempre me apoyaba para que fuera yo mismo — Dijo Benja—, para que aceptará lo que soy... Para que fuese libre.

—No conviví mucho con ella —Comento Olivia—, no puedo decir que éramos íntimas amigas, pero siempre estuvo allí... Para apoyarnos.

Alex miraba hacia arriba, Jonathan fijo su mirada en él y sintió tristeza, podría jurar que su amigo estaba llorando.

— Fue una buena directora de nuestro libro escolar — Dijo Rafa—, lastima que ese idiota lo destruyó...

Benja levantó la mirada y fijo su atención en Jonathan, el castaño al notar la mirada de su amigo negó con la cabeza.

— Todos sabíamos que esto podría pasar —Dijo Gaby, mirándolos—, lamentarse no la traira de vuelta...

—¿Qué sugieres entonces? — Pregunto Juani, cruzándose de brazos.

— Derrotar a Norberto —Dijo—, solo así podremos vengar su muerte...

Todos se miraron por unos instantes, ninguno lo decía, pero en sus miradas se reflejaba la desconfianza que sentían. Algunos no se conocían del todo e incluso rara vez habían cruzado palabra.

— No servirá si no estamos completamente unidos —Jonathan se levantó—. Todos tenemos que ser sinceros el uno con el otro. Si no confiamos en nosotros, no estaremos del todo unidos. Somos amigos y creo que hemos ocultado bastantes cosas a los demás...

—¡Soy bisexual! —Dijo Benja interrumpiendo a Jonathan y evitando las miradas de los demas—. Tal vez se den cuenta, tal vez no. Pero me atraen hombres y mujeres por igual... ¡Wow! ¡Me quite un peso de encima!

Benja sonrió por primera vez en aquella hora y sus amigos rieron. Algunos se pusieron a pensar que sería oportuno decir y que no.

— ¿Tiene que ser personal? —Pregunto Rafa.

—Como gustes.

—El día que nos metimos en el vestidor de chicas —Dijo Rafa y las chicas lo comenzaron a mirar con rencor, aún no les perdonaban ese incidente—, fue para sacar el Vitafortis, no fue para algo malo... Solamente queríamos recuperar el libro, aunque en ese momento no sabíamos si era prudente decirles...

Escuela de EscritoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora