20. La Búsqueda.

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Después del baile de San Valentín, no ocurrió nada relevante. La primera semana de Marzo fue cuando Alulusa decidió actuar.

Alanis había decidido dejar el robo del Vitafortis a un lado, para enfocarse más en sus materias y salvar lo que quedaba del semestre. E incluso había pensado que el ladrón lo devolvería al enterarse que era un libro sin nada interesante.
Pero no fue así.

Fue el día 3 de Marzo que la chica decidió ir en su búsqueda. Si bien, no tenía pistas, iba a investigar, a preguntar, a obligar al director Irusta que le mostraste las cámaras de seguridad de la escuela si era necesario. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de encontrarlo, pero algo le faltaba. No hay Sherlock sin Watson.

Un ayudante. Primero pensó en Casandra e incluso le solicito la ayuda; pero la chica dijo que no podía, tenía muchas cosas que hacer para el concurso, además de que quería seguir yendo a ver a Greg en la enfermería. Alu no quería contarle a alguno de los otros que había perdido el Vitafortis. Estaba segura que la regañarian o incluso, la tacharian de irresponsable.

Entonces se le ocurrió a alguien. Alguien que oculte todo lo que le dicen, alguien que sepa mentir. Cuando llegó al comedor, lo primero que hizo fue buscarlo, entre toda la multitud era difícil, sin embargo lo logro divisar; estaba demasiado apartado de los demás y al parecer comía cereal. Dragonside avanzo con paso decidido hacia su amigo.

—Hola, Juani Rubio —Saludo Alu a Benja llegando a su encuentro.

Benjamín levantó la mirada y la saludo, le parecía demasiado extraño que Alu le hablará, así que no le dio importancia y siguió concentrado en su plato de cereales. Alulusa lo miro y se sentó frente a él.

—Necesito tu ayuda, Ben —Dijo Alulusa, mirándolo fijamente.

Benjamín aparto la mirada de su plato y miro extrañado a esa chica.

—¿En qué? —Preguntó Benja, desconfiado.

Alanis se aseguró de que nadie estuviera escuchando y se acercó más a su amigo.

— Me robaron el Vitafortis...

El rubio escupió la leche y el cereal que tenía en la boca. Unas alumnas de tercer año que iban pasando lo vieron con desagrado y siguieron su camino. Benjamín miro con decepción a la chica, la cuál, le sonreía avergonzada.

—¡Sí quieres dímelo cuando se acabe el semestre! —Exclamó Benja.

—Eres el único que lo sabe... ¿Puedes guardar el secreto?

Benja agachó la mirada. Pensando. Se sintió bastante mal, por Rafa no había podido decirle a los demás lo que había descubierto en contra de Norberto, también aquello Jonathan le había contado y ahora, tenía que ocultar que Alu había perdido el libro. Por unos segundos se percató que en ese equipo, nadie confiaba en él otro. Sin embargo, no dijo nada y asintió con la cabeza.

—¿Pero que quieres que haga? ¿En qué te puedo ayudar? —Pregunto el rubio mientras se limpiaba la boca con una servilleta

—Quiero que me ayudes a buscar el libro — Dijo—, será igual a jugar a ser Sherlock...

—¿Por lo menos tenemos alguna pista? —Pregunto Benja, sujetando el tazón con cereal.

—Sí —Respondió Alu—, solo pudo haber sido una chica... Ningún hombre pasaría inadvertido en el dormitorio.

Benja asintió.

—Te veré está noche, mi gordo amigo,  buscaremos en los dormitorios.

—¿Tenemos sospechosas?

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