-Yo también –Respondí complicado.
-Creo que finalmente soy más débil.
-Así veo –Sonreí –Pero no se trata de eso. Sé que han sido dos días muy duros y lo único que hacemos es discutir y gritarnos. Quizás tu no estés acostumbrada a esto por la forma en como reaccionas cuando grito, pero sin culparte del todo, tienes que admitir que tanto como yo, tú también no estas ayudándome.
-Lo sé –Contesto dejando caer algunas lágrimas –Es que me hiciste mucho daño.
¿Qué demonios fue lo que le hice?
-No sé a qué te refieres –Respondí confundido.
-No me gustaría contarte todo.
-¿Por qué?
-Porque no es lindo.
-Sé que no, por eso me odias tanto.
Ella suspiro y luego bajo su mirada.
-No quiero hablar de esto –Trato de evitar el tema.
-Jamás solucionaremos esto con esa actitud.
-¿De verdad crees que quiero arreglar algo contigo? –Pregunto fría.
Está bien, ya era hora de que alguien cediera.
-Sé que no, -Respondí tratando de parecer tranquilo –pero yo solo quiero saber eso.
-¿Por qué tienes tanto interés?
-Quizás porque nunca nadie me había comparado con un perro con rabia –Respondí sarcástico.
Ella sonrió con sus ojos llenos de lágrimas, pero sabía que su sonrisa había sido real y yo la había causado. Mi estómago se apretó, me hacía sentir bien vela sonreír.
-Bueno es que... ¿Recuerdas la primera vez que te hable?
Como no, si fui un idiota.
-Sí.
-La verdad es que cuando entre en este campamento tú me gustabas –Confeso con claridad e hizo que mi estómago se contrajera y no lo creía ¿Yo gustarle a ella? ¡Me compara hasta con Freddy!
-El punto es que fuiste un imbécil desde ese día que intente hablarte, fuiste engreído y me dejaste en vergüenza, desde ahí comencé a odiarte. Si te has dado cuenta yo soy muy competitiva y jodidamente negativa. Bueno, pasaron los días hasta que bote tu ropa, tu pelo quedo azul...
Sonreí al recordar esa escena en medio del comedor.
-Y bueno –Continuo –Seguimos tratando de hacer nuestras vidas miserables hasta que ganaste... -Sonrió con dolor –Quemaste mis cosas.
-¿De verdad tanto te molesto que quemara tus cosas?
-No tan solo me molesto –Respondió sincera –Me hirvió la sangre, quería matarte a golpes Finn. Si en esas cosas solo hubiese estado mi ropa, quizás ese maldito juego no hubiese acabado ahí, pero... -Suspiro con pesadez y rabia, realmente no entendía nada –Había cuadernos con fotos de mi familia, todos juntos... Fotos de Daniel y yo. Había una carta escrita por mi hermano antes de que desapareciera, era lo único más cercano a mí, esa carta era mi reliquia, no sé si lo entiendes –Confeso con sus ojos empañados –Mi familia se destruyó después de que falleció mi hermano y esos cuadernos me hacían revivir lo feliz que éramos los cuatro, pero de un momento a otro ya no tenía nada porque un idiota lo había quemado todo.
Me sentí mal, mi estómago se apretó y mi garganta también. Quería golpearme a mismo por haber hecho esa estupidez. Yo no sabía lo que ella tenía en esos cuadernos. Yo solo les dije a mis cómplices que quemaran todo, no le tome el peso a la situación ni nada, yo solo pensaba en vengarme de la persona que hacia mi vida imposible. Era un imbécil inmaduro que pensaba solo en mí.
ESTÁS LEYENDO
Eres mio imbécil (Finn Wolfhard y tu)
Fanfiction-Imbécil -Insoportable -Idiota -Consentida -¡Déjame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo Tn & Finn ¿Por que se odian? ¿por que se quieren? ¿por que no pueden vivir juntos ni tampoco separados? Esta historia NO ES MIA Yo solo la he adapta...