Eres mio imbécil (Finn Wolfhard y tu)

Capítulo 13 - Primer día.

-Nada –Respondí de inmediato. –Date prisa, tengo frio.

-¿Cómo diablos me pongo una camiseta? –Se pregunto molesta.

Luego de un rato, ___ encontró una primera que se amarraba en su cuello y pudo ponérsela desde abajo. Y yo ya estaba completamente seco al esperar que ___ se vistiera.

-Has estado media hora vistiéndote ¿Podemos ir a mi habitación ahora? –Pregunte enojado.

-Pero...

-Ponte estos zapatitos vamos por favor, tengo frio –Le hable de mala gana señalando unos zapatos.

Ella se los puso y caminamos a mi habitación que estaba en frente.

Saque mi bóxer y ella enseguida tapo sus ojos con su mano derecha.

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¡Finn es un desubicado! Ni me avisa y ya se esta desvistiendo. Cubrí mis ojos con mi mano derecha y trate de darme vuelta, el soltó una carcajada.

-¡¿De que te ries?! –Pregunte de mal humor sin mirarlo.

-De ti ¿Nunca has visto a un chico desnudo?

-No –Respondí de inmediato –Y no quiero que seas el primero.

-No estoy tan mal –Dijo con su voz burlesca.

-Eres un idiota, vístete.

El rio fuerte.

-Listo.

Tuve miedo de mirar, pero mire de todas maneras.Estaba en bóxer buscando un jeans entre sus cajones. Lo mire en silencio sin que el se diera cuenta, tenía un cuerpo tan jodidamente perfecto que me hacia odiarlo aun mas. Espalda ancha, brazos grandes y fuerte, abdomen marcado y sus piernas con muslos que se notaban de lejos, bueno...¿Qué mas voy a esperar del capitán del equipo de F.A.?

-¿Terminaste de admirar mi bello cuerpo? –Me pregunto burlón, despertándome de mis pensamientos.

Estúpido Finn. No sé si me ruboricé, pero no dije nada y miré en otra dirección.

Se puso jeans negros y busco una polera.

-Mira, es azul –Dijo riendo –Podemos andar iguales –Levanto sus cejas levemente.

-No seas imbécil, no te no te vistas igual que yo. Ya es suficiente con que te hayas puesto jeans negros igual que los míos.

-¿No tienes esos zapatos en mi talla? –Bromeo.

Entrecerre mis ojos.

-¡Esta bien! No cambias lo antipática –Dijo sacando una camiseta blanca un poco ajustada que dejaba notar su espalda triangular y lo voluptuoso que era. Tuvimos que maniobrar cuando se puso su polera, termine poniéndomela yo y pasándosela por un brazo.

-¿Cómo me veo?-pregunto tratando de dar una vuelta fallida.

-Mal –Respondi mirando en otra dirección.

-Nisiquiera me has mirado.

-No me importa. Vamos, tengo hambre.

-Insoportable –Grito cerca de mi.

Le pegue un codazo en el estomago y el se agacho de dolor.

-Imbecil.

Lo movi tirándolo de la muñeca hasta la sala de estar, nadie estaba ahí. Iba a Sali y Finn se detuvo en seco.

-¡Ya basta! –Se altero haciendo que me sobresaltara.

"¿De donde venia eso?

-¿Qué te pasa? –Pregunte confundida.